Las últimas cartas de Marcelino (marzo a mayo de 1840)
Las cartas publicadas
correspondientes a los tres últimos meses de la vida de Marcelino (del 6 de
marzo al 6 de junio de 1840) son doce, de las cuales ocho tienen como
destinatarios a párrocos o alcaldes y se refieren a la fundación de escuelas en
cinco departamentos, a saber: Seine, Haut-Loire, Isere, Aine y Saone-Loire. De
las cuatro restantes, tres corresponden al asunto de la autorización del
instituto, la posibilidad de abrir un orfanato en Grenoble, y la formación de
dos Hermanos en un Instituto para sordomudos. La cuarta es una Circular a los
Hermanos.
En relación con la fecha de estas
cartas, en realidad el período queda reducido a poco más de mes y medio, desde
el 14 de marzo al 3 de mayo, pues de ahí en adelante ya no se conservan cartas,
ni posiblemente las escribiría. En la edición Luis Vives de 1985 aparecen con
una numeración que va desde la 328 a la 339.
En la Vida de Marcelino escrita por el H. Juan Bautista Furet[1]
(p. 231) se precisa su situación delicada de salud. En torno a estas fechas sufre
“un violento ataque de riñones”, exactamente durante el Miércoles de Ceniza (4
de marzo), a partir del cual “apenas podía permanecer acostado”; “aumentó
considerablemente la hinchazón (de las piernas)”; y “el dolor y la
descomposición iban invadiendo todos sus miembros”. Los escritos que se
consideran aquí son los posteriores a esta fecha.
La última Circular
La Circular 328 tiene fecha de 14 de
marzo, y es cronológicamente la primera de las que se revisarán. Se trata de
una Circular a los Hermanos, única de este grupo en cuanto circular y única en
cuanto dirigida a Hermanos. Se convierte así en la última carta dirigida a
Hermanos y última Circular de las escritas por Marcelino (y que se nos
conserven).
El escrito mantiene la cordialidad
que acostumbra Marcelino en el trato con sus hermanos, y en la despedida
utiliza una forma, por habitual, no menos entrañable: “Los abrazo muy
afectuosamente en los Corazones de Jesús y María”. La expresión recalca lo
afectivo con los términos abrazo-corazones-afectuosamente cosa que no ocurre
por partida triple sino en muy escasas ocasiones (iguales términos en circular
135; ver sin embargo semejanzas con las cartas 164, 181, 182, 169 y 247, entre
otras).
Dentro del grupo en estudio, es en
esta carta en la que pueden apreciarse con nitidez los sentimientos vitales de
Marcelino, pues las siguientes cartas tienen un tono y una finalidad más
pragmáticos, funcionales o institucionales.
La expresión de los sentimientos de
Marcelino ocurre a raíz de la muerte de un Hermano. Ésta es ocasión para la
reflexión sobre el sentido de la muerte y de la vida.
Estemos siempre preparados,
Carísimos Hermanos, y vivamos de tal manera que la muerte nunca nos sorprenda.
¡Qué sabio y feliz es aquel que procura ser ahora como desea que Dios los encuentre
en su última hora!
La reacción de Marcelino ante la
muerte es vitalista. La muerte se convierte en maestra de la vida. Puesto que
he de morir, viviré con intensidad –parece decir. La reflexión sobre la muerte
cercana, la de otros Hermanos o la propia (en la que Marcelino estará pensando
muy probablemente), se orienta a vivir según el querer de Dios. La sorpresa de
la muerte no se presenta como amenaza, sino como llamada para vivir según lo
que Dios desea.
En esta reflexión hay una coherencia
grande con el pensamiento y la espiritualidad de Marcelino, que con frecuencia
se expresa en términos del querer o la voluntad de Dios. La perspectiva
sapiencial (“sabio y feliz”) evoca la espiritualidad sálmica (del sabio-feliz
frente al necio en el Sal 1, por ejemplo), muy propia también de Marcelino,
acrisolada, además por las últimas experiencias vividas por Marcelino de
sufrimiento y contradicciones en la obra emprendida.
Es la actitud de fe lo que resalta
en Marcelino. Sabe cercana su muerte y adelanta a los hermanos un testamento
condensado, antes del testamento oficial. Tres temas son claves en este
mini-testamento: el amor entrañable a los hermanos, el abandono a la voluntad
de Dios y la sabiduría para vivir según su deseo.
Ocho cartas sobre escuelas municipales
Las ocho cartas referidas a las
escuelas nos dejan algunos criterios y normas prácticas que siguieron Marcelino
y sus colaboradores en las fundaciones que hacían.
En estas cartas se revela lo
siguiente:
1) No hay suficiente número de Hermanos para atender toda
la demanda que se realiza desde distintos pueblos, principalmente a través de
sus párrocos, y que abarcan hasta cinco departamentos (en estas cartas). Se
descubre una gran necesidad.
Los compromisos contraídos… no nos permitan por ahora…
(C 331). Las localidades que… agotarán los hermanos disponibles (C 337). Con
esa sola condición (la casa) tendríamos que atender inmediatamente un centenar
de municipios que lo pidieron antes incluso que Morestel (C 338). Las
necesidades de su parroquia son muy grandes… los compromisos adquiridos…
absorberán todos los Hermanos disponibles… (C 339).
2) Se atiende primeramente a aquellos municipios que
aseguran una educación gratuita. Se ve ventajoso, se prefieren y se favorecen.
Tienen prioridad para la fundación.
..podría tener dos clases gratuitas, cosa esencial en
todas las localidades con población numerosa… (C 335). …hacerla gratuita. Como
es más fácil hacer el bien en escuelas fundadas así, las preferimos siempre a
las demás y tenemos como norma favorecerlas de manera especial… …y
acordada la gratuidad de la escuela, le enviaremos los Hermanos… (C 336). …si
fuera gratuita. No dudamos nunca ante esta clase de escuelas, porque en ellas
se logra hacer el bien con más seguridad y facilidad…. Cuente con los Hermanos…
siempre y cuando la escuela pueda ser gratuita… Las localidades que
ofrecen la ventaja de una escuela gratuita… (C 337).
3) Eso lo hacen a través de fundaciones o personas
generosas y pudientes.
Se necesita poder contar con personas acomodadas y
caritativas para crear una renta anual de 600 fr. El pequeño municipio de St.
Julien… ha conseguido crear un ingreso de 1000 fr. en favor de sus niños pobres
(C 335). Por la fundación que la apoya hemos aceptado sin problemas la escuela
de B-CH… gratuita, bien por una fundación o… (C 337).
4) Contando con el acuerdo y algún apoyo económico de los
municipios.
Sería muy bueno que pudiera convencer al consejo
municipal para participar en esta obra. Con los recursos que usted nos anuncia
(1000 fr.) y el salario ordinario de los municipios (200 fr.), pudiera tener
tres Hermanos (C 331). …que el municipio, si acepta la donación del mobiliario,
apruebe al mismo tiempo una cantidad de 100 fr. para su mantenimiento... Que al
ponerse de acuerdo con el municipio trate de arreglar este asunto (C 332). Se
necesitaría además de los 600 fr. del municipio… el municipio de Craponne se ha
comprometido a pagar cuatro hermanos… El consejo ha firmado con nosotros unos
acuerdos… (C 335). …que llegue a ponerse de acuerdo con el Subprefecto, lo mismo
que con el Sr. Alcalde… (C 336). …gratuita …por la intervención del municipio
(C 337).
5) Algunas escuelas solicitan a los inscritos una
asignación mensual. Y se han aplicado pagos diferenciados.
El municipio (Craponne) se ha comprometido a pagar 4
hermanos y recibir de los alumnos una retribución fija de 0,75 fr. para los
principiantes y 1,25 para los demás (C 335).
6) En otros casos hay un aula extra que atiende niños de
municipios cercanos, internos, alumnos adelantados o niños de familias
pudientes. Los ingresos de estas aulas adicionales pasan directamente a los
hermanos.
Como el municipio no participa en nada para tener este
5to. Hermano no parece justo que cobre una retribución por los alumnos de
esta clase particular… siendo los padres especialmente obcecados como para
pagar dos veces… (C 332). Sería fácil proveer el salario del 4to. Hermano con
una clase de pago para los niños pudientes y los más adelantados… (C 335). … no
puede retener nada de los internos... ni de los niños de las parroquias vecinas...
(C 338).
De estas diversas maneras se exige,
en último término, y tanto a párrocos como a alcaldes, una vivienda adecuada
para los hermanos, y un salario básico.
1) Casa y mobiliario en condiciones adecuadas, pero no
sólo.
Encontrar un local conveniente para la escuela, pues
va contra nuestros principios que los hermanos sean alojados en la casa
parroquial (C 331). Cuando esté preparado el local, garantizados los fondos
para el mobiliario y… le enviaremos los Hermanos (C 336). Una casa es algo.
Pero no lo es todo (C 337).
2) Compromiso firme de pago a los hermanos.
El salario de dos hermanos es de 1000 fr anuales… con
los recursos que usted nos anuncia y el salario ordinario de los municipios,
podría tener tres hermanos (C 331). El municipio permitía esperar una
subvención de 600 fr. …no disponía usted de más ingreso que las retribuciones
mensuales. Mucho me temo que, en estas condiciones, su obra carezca de sólidos
fundamentos. …solo aporte los 200 fr. exigidos por la ley… (C 335). Si su
escuela dispusiera de fondos… si no cuenta más que con las retribuciones
mensuales y la subvención municipal de 200 fr. tendremos grandes dificultades…
asegurado de algún modo el salario de los hermanos… (C 337). Un salario anual
de 1.600 fr. (por 4 hermanos)… Cuanto más nos extendemos más sentimos la
necesidad de tener una garantía previa sobre el salario de los hermanos,
incluso siendo tan módico (C 338).
Las expresiones “tener una
garantía”, “va contra nuestros principios”, apuntan a las normas que se
consideran ya fijadas para ese momento. Mientras que otras están abiertas:
Es importante que hablemos sobre estos diversos puntos
y nos pongamos de acuerdo lo más posible… no pretendimos nunca que las
condiciones debieran ser las mismas (C 338).
De hecho cambian las normas
dependiendo de si hay internado o no, del número de alumnos de la escuela, y de
algunos otros factores. El número de hermanos enviados, para empezar, será
distinto.
Resalta la preferencia por las
escuelas gratuitas en las que puedan ser atendidos los niños pobres. Se pide
casa y escuela autónomas, independientes del sacerdote, y salario asegurado. Se
insiste en la buena relación con la municipalidad, y se valora el apoyo de los
párrocos. Otros aspectos dependen mucho de la realidad de la población.
Todas estas cartas indican
dificultades. De hecho, de las ocho cartas, sólo tres se refieren a escuelas
que estaban funcionando, aunque con algún problema o detalle que hubo que
concretar (CC 332, 333 y 336). Las otras cinco cartas corresponden a escuelas que
no llegaron a funcionar (CC 331, 335, 337, 338 y 339). Pese a ello no se
aprecian elementos de desánimo o decepción por parte de Marcelino. Es posible
que se deba a este momento espiritual de más “sabiduría”, la misma que pide a
los Hermanos en su circular de marzo (C 328).
Estas cartas sobre las escuelas no
abundan en detalles personales de Marcelino como sentimientos, valores o
criterios de fe. Se limitan a establecer algunas normas y a aclarar las
condiciones de apertura de las obras. De hecho, varias de ellas se observa que
son borradores. No concluyen la despedida y carecen de firma la 331, 322, 333 y
336. Sin despedida completa pero con firma están la 335, 337 y 339. La 338 está
sin despedida ni firma. Sólo una de ellas hace referencia a Dios, Jesús o
María. Es la 339, y lo hace así: “Que el Señor se digne poner al alcance de su
celo los recursos…”
Aunque no se aprecian muchos
sentimientos de Marcelino, es posible descubrir el agrado por el proyecto de
apertura de una escuela (C 331), o porque el municipio asuma la propiedad del
mobiliario (C 332). Se agradece por los detalles con los hermanos (C 332), o se
quiere evitar disgustos, tristeza y malestares (C 335).
Sólo en una se descubre la situación
de enfermedad de Marcelino, cuando expresa su indisposición para realizar el
viaje, así como agradece las disposiciones y benevolencia del alcalde (C 333).
En otra más, refleja Marcelino su propio camino institucional cuando desea al
párroco “que continúe el éxito de esta buena obra, pese a las dificultades que
experimenta. Esto la hará más sólida, al haber sido realizada lentamente y con
sufrimiento” (C 337).
La preocupación por la misión de los
hermanos no es angustiante, sino serena, en un contexto de expansión madurada,
que ha permitido el discernimiento para dar pasos sólidos en el establecimiento
de las obras.
Y hasta aquí las cartas relacionadas directamente con
las escuelas.
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