Carta de Champagnat

Carta de Champagnat

viernes, 1 de mayo de 2015

Las últimas cartas de Marcelino

Las últimas cartas de Marcelino (marzo a mayo de 1840)

Las cartas publicadas correspondientes a los tres últimos meses de la vida de Marcelino (del 6 de marzo al 6 de junio de 1840) son doce, de las cuales ocho tienen como destinatarios a párrocos o alcaldes y se refieren a la fundación de escuelas en cinco departamentos, a saber: Seine, Haut-Loire, Isere, Aine y Saone-Loire. De las cuatro restantes, tres corresponden al asunto de la autorización del instituto, la posibilidad de abrir un orfanato en Grenoble, y la formación de dos Hermanos en un Instituto para sordomudos. La cuarta es una Circular a los Hermanos.
En relación con la fecha de estas cartas, en realidad el período queda reducido a poco más de mes y medio, desde el 14 de marzo al 3 de mayo, pues de ahí en adelante ya no se conservan cartas, ni posiblemente las escribiría. En la edición Luis Vives de 1985 aparecen con una numeración que va desde la 328 a la 339.
En la Vida de Marcelino escrita por el H. Juan Bautista Furet[1] (p. 231) se precisa su situación delicada de salud. En torno a estas fechas sufre “un violento ataque de riñones”, exactamente durante el Miércoles de Ceniza (4 de marzo), a partir del cual “apenas podía permanecer acostado”; “aumentó considerablemente la hinchazón (de las piernas)”; y “el dolor y la descomposición iban invadiendo todos sus miembros”. Los escritos que se consideran aquí son los posteriores a esta fecha.

La última Circular

La Circular 328 tiene fecha de 14 de marzo, y es cronológicamente la primera de las que se revisarán. Se trata de una Circular a los Hermanos, única de este grupo en cuanto circular y única en cuanto dirigida a Hermanos. Se convierte así en la última carta dirigida a Hermanos y última Circular de las escritas por Marcelino (y que se nos conserven).
El escrito mantiene la cordialidad que acostumbra Marcelino en el trato con sus hermanos, y en la despedida utiliza una forma, por habitual, no menos entrañable: “Los abrazo muy afectuosamente en los Corazones de Jesús y María”. La expresión recalca lo afectivo con los términos abrazo-corazones-afectuosamente cosa que no ocurre por partida triple sino en muy escasas ocasiones (iguales términos en circular 135; ver sin embargo semejanzas con las cartas 164, 181, 182, 169 y 247, entre otras).
Dentro del grupo en estudio, es en esta carta en la que pueden apreciarse con nitidez los sentimientos vitales de Marcelino, pues las siguientes cartas tienen un tono y una finalidad más pragmáticos, funcionales o institucionales.
La expresión de los sentimientos de Marcelino ocurre a raíz de la muerte de un Hermano. Ésta es ocasión para la reflexión sobre el sentido de la muerte y de la vida.
Estemos siempre preparados, Carísimos Hermanos, y vivamos de tal manera que la muerte nunca nos sorprenda. ¡Qué sabio y feliz es aquel que procura ser ahora como desea que Dios los encuentre en su última hora!
La reacción de Marcelino ante la muerte es vitalista. La muerte se convierte en maestra de la vida. Puesto que he de morir, viviré con intensidad –parece decir. La reflexión sobre la muerte cercana, la de otros Hermanos o la propia (en la que Marcelino estará pensando muy probablemente), se orienta a vivir según el querer de Dios. La sorpresa de la muerte no se presenta como amenaza, sino como llamada para vivir según lo que Dios desea.
En esta reflexión hay una coherencia grande con el pensamiento y la espiritualidad de Marcelino, que con frecuencia se expresa en términos del querer o la voluntad de Dios. La perspectiva sapiencial (“sabio y feliz”) evoca la espiritualidad sálmica (del sabio-feliz frente al necio en el Sal 1, por ejemplo), muy propia también de Marcelino, acrisolada, además por las últimas experiencias vividas por Marcelino de sufrimiento y contradicciones en la obra emprendida.
Es la actitud de fe lo que resalta en Marcelino. Sabe cercana su muerte y adelanta a los hermanos un testamento condensado, antes del testamento oficial. Tres temas son claves en este mini-testamento: el amor entrañable a los hermanos, el abandono a la voluntad de Dios y la sabiduría para vivir según su deseo.

Ocho cartas sobre escuelas municipales

Las ocho cartas referidas a las escuelas nos dejan algunos criterios y normas prácticas que siguieron Marcelino y sus colaboradores en las fundaciones que hacían.
En estas cartas se revela lo siguiente
1)      No hay suficiente número de Hermanos para atender toda la demanda que se realiza desde distintos pueblos, principalmente a través de sus párrocos, y que abarcan hasta cinco departamentos (en estas cartas). Se descubre una gran necesidad.
Los compromisos contraídos… no nos permitan por ahora… (C 331). Las localidades que… agotarán los hermanos disponibles (C 337). Con esa sola condición (la casa) tendríamos que atender inmediatamente un centenar de municipios que lo pidieron antes incluso que Morestel (C 338). Las necesidades de su parroquia son muy grandes… los compromisos adquiridos… absorberán todos los Hermanos disponibles… (C 339).
2)      Se atiende primeramente a aquellos municipios que aseguran una educación gratuita. Se ve ventajoso, se prefieren y se favorecen. Tienen prioridad para la fundación.
..podría tener dos clases gratuitas, cosa esencial en todas las localidades con población numerosa… (C 335). …hacerla gratuita. Como es más fácil hacer el bien en escuelas fundadas así, las preferimos siempre a las demás y tenemos como norma favorecerlas de manera especial…  …y acordada la gratuidad de la escuela, le enviaremos los Hermanos… (C 336). …si fuera gratuita. No dudamos nunca ante esta clase de escuelas, porque en ellas se logra hacer el bien con más seguridad y facilidad…. Cuente con los Hermanos… siempre y cuando la escuela pueda ser gratuita…  Las localidades que ofrecen la ventaja de una escuela gratuita… (C 337).
3)      Eso lo hacen a través de fundaciones o personas generosas y pudientes.
Se necesita poder contar con personas acomodadas y caritativas para crear una renta anual de 600 fr. El pequeño municipio de St. Julien… ha conseguido crear un ingreso de 1000 fr. en favor de sus niños pobres (C 335). Por la fundación que la apoya hemos aceptado sin problemas la escuela de B-CH… gratuita, bien por una fundación o… (C 337).
4)      Contando con el acuerdo y algún apoyo económico de los municipios.
Sería muy bueno que pudiera convencer al consejo municipal para participar en esta obra. Con los recursos que usted nos anuncia (1000 fr.) y el salario ordinario de los municipios (200 fr.), pudiera tener tres Hermanos (C 331). …que el municipio, si acepta la donación del mobiliario, apruebe al mismo tiempo una cantidad de 100 fr. para su mantenimiento... Que al ponerse de acuerdo con el municipio trate de arreglar este asunto (C 332). Se necesitaría además de los 600 fr. del municipio… el municipio de Craponne se ha comprometido a pagar cuatro hermanos… El consejo ha firmado con nosotros unos acuerdos… (C 335). …que llegue a ponerse de acuerdo con el Subprefecto, lo mismo que con el Sr. Alcalde… (C 336). …gratuita …por la intervención del municipio (C 337).
5)      Algunas escuelas solicitan a los inscritos una asignación mensual. Y se han aplicado pagos diferenciados.
El municipio (Craponne) se ha comprometido a pagar 4 hermanos y recibir de los alumnos una retribución fija de 0,75 fr. para los principiantes y 1,25 para los demás (C  335).
6)      En otros casos hay un aula extra que atiende niños de municipios cercanos, internos, alumnos adelantados o niños de familias pudientes. Los ingresos de estas aulas adicionales pasan directamente a los hermanos.
Como el municipio no participa en nada para tener este 5to. Hermano no parece justo que  cobre una retribución por los alumnos de esta clase particular… siendo los padres especialmente obcecados como para pagar dos veces… (C 332). Sería fácil proveer el salario del 4to. Hermano con una clase de pago para los niños pudientes y los más adelantados… (C 335). … no puede retener nada de los internos... ni de los niños de las parroquias vecinas... (C 338).
De estas diversas maneras se exige, en último término, y tanto a párrocos como a alcaldes, una vivienda adecuada para los hermanos, y un salario básico.
1)      Casa y mobiliario en condiciones adecuadas, pero no sólo.
Encontrar un local conveniente para la escuela, pues va contra nuestros principios que los hermanos sean alojados en la casa parroquial (C 331). Cuando esté preparado el local, garantizados los fondos para el mobiliario y… le enviaremos los Hermanos (C 336). Una casa es algo. Pero no lo es todo (C 337).
2)      Compromiso firme de pago a los hermanos.
El salario de dos hermanos es de 1000 fr anuales… con los recursos que usted nos anuncia y el salario ordinario de los municipios, podría tener tres hermanos (C 331). El municipio permitía esperar una subvención de 600 fr. …no disponía usted de más ingreso que las retribuciones mensuales. Mucho me temo que, en estas condiciones, su obra carezca de sólidos fundamentos. …solo aporte los 200 fr. exigidos por la ley… (C 335). Si su escuela dispusiera de fondos… si no cuenta más que con las retribuciones mensuales y la subvención municipal de 200 fr. tendremos grandes dificultades… asegurado de algún modo el salario de los hermanos… (C 337). Un salario anual de 1.600 fr. (por 4 hermanos)… Cuanto más nos extendemos más sentimos la necesidad de tener una garantía previa sobre el salario de los hermanos, incluso siendo tan módico (C 338).
Las expresiones “tener una garantía”, “va contra nuestros principios”, apuntan a las normas que se consideran ya fijadas para ese momento. Mientras que otras están abiertas:
Es importante que hablemos sobre estos diversos puntos y nos pongamos de acuerdo lo más posible… no pretendimos nunca que las condiciones debieran ser las mismas (C 338).
De hecho cambian las normas dependiendo de si hay internado o no, del número de alumnos de la escuela, y de algunos otros factores. El número de hermanos enviados, para empezar, será distinto.
Resalta la preferencia por las escuelas gratuitas en las que puedan ser atendidos los niños pobres. Se pide casa y escuela autónomas, independientes del sacerdote, y salario asegurado. Se insiste en la buena relación con la municipalidad, y se valora el apoyo de los párrocos. Otros aspectos dependen mucho de la realidad de la población.
Todas estas cartas indican dificultades. De hecho, de las ocho cartas, sólo tres se refieren a escuelas que estaban funcionando, aunque con algún problema o detalle que hubo que concretar (CC 332, 333 y 336). Las otras cinco cartas corresponden a escuelas que no llegaron a funcionar (CC 331, 335, 337, 338 y 339). Pese a ello no se aprecian elementos de desánimo o decepción por parte de Marcelino. Es posible que se deba a este momento espiritual de más “sabiduría”, la misma que pide a los Hermanos en su circular de marzo (C 328).
Estas cartas sobre las escuelas no abundan en detalles personales de Marcelino como sentimientos, valores o criterios de fe. Se limitan a establecer algunas normas y a aclarar las condiciones de apertura de las obras. De hecho, varias de ellas se observa que son borradores. No concluyen la despedida y carecen de firma la 331, 322, 333 y 336. Sin despedida completa pero con firma están la 335, 337 y 339. La 338 está sin despedida ni firma. Sólo una de ellas hace referencia a Dios, Jesús o María. Es la 339, y lo hace así: “Que el Señor se digne poner al alcance de su celo los recursos…”
Aunque no se aprecian muchos sentimientos de Marcelino, es posible descubrir el agrado por el proyecto de apertura de una escuela (C 331), o porque el municipio asuma la propiedad del mobiliario (C 332). Se agradece por los detalles con los hermanos (C 332), o se quiere evitar disgustos, tristeza y malestares (C 335).
Sólo en una se descubre la situación de enfermedad de Marcelino, cuando expresa su indisposición para realizar el viaje, así como agradece las disposiciones y benevolencia del alcalde (C 333). En otra más, refleja Marcelino su propio camino institucional cuando desea al párroco “que continúe el éxito de esta buena obra, pese a las dificultades que experimenta. Esto la hará más sólida, al haber sido realizada lentamente y con sufrimiento” (C 337).
La preocupación por la misión de los hermanos no es angustiante, sino serena, en un contexto de expansión madurada, que ha permitido el discernimiento para dar pasos sólidos en el establecimiento de las obras.
Y hasta aquí las cartas relacionadas directamente con las escuelas.




[1] p. 231.

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