Los valores y actitudes manifestados por Marcelino
Los valores más resaltantes que vive
Marcelino y aparecen en estas cartas son:
1) Unión y entendimiento, cooperación y comunión de
ideas.
Busca mediación en conflictos,
cooperación y comunión de ideas con obispos y vicarios, párrocos y hermanos:
Llegar a un acuerdo con estos señores (C 290)
…colaborar juntos en esta obra que usted ya dirige con tanto celo (C 285) …acuerdo que debe cimentar y asegurar
esta unión (C 278) …deseo mucho ponerme de acuerdo con usted (C 281) …unión
entre hermano director y su adjunto (C 281) …me remito a su buen entendimiento
(C 299) Estamos enteramente dispuestos a cooperar con su celo, Rvdma. para tan importante obra de instrucción religiosa
de sus queridos niños (C 296).
La carta 301 es un ejemplo
sobresaliente en el que a esta comunión se unen la motivación al diálogo entre
el clero, el esfuerzo por buscar una mejor solución, y la practicidad y
viabilidad de la misma.
El está de acuerdo con mi parecer..... Siguiendo el
consejo del Padre Cattet... la mejor
situación para la escuela es colocarla en Villevert, al alcance de los dos
municipios... les invito a procurar unir los recursos de los dos municipios
para que la escuela pueda tener dos Hermanos... De esta manera, habrá un número
suficiente de alumnos para ocupar a los dos Hermanos y el establecimiento podrá
sustentarse y progresar.
Esta comunión pasa por expresar las
diferencias y los sentimientos que éstas producen, pasa por la necesaria
aclaratorita, y hasta por la disposición a cambiar de parecer o la amonestación a los hermanos:
…nos ha extrañado …me molesta (C 299) …las funciones
del hermanos (C 307)
La comunión pasa también por el
discernimiento y la verdad, y hasta por aceptar la necesidad de asumir la
aventura y el riesgo… Este ejercicio de discernimiento cobra relieve en la
carta 305 al obispo Devie, ya comentada con anterioridad.
2) Respeto y agradecimiento, educación, consideración y
reconocimiento.
A Mazelier le escribe:
Usted nos presta grandes servicios y yo quisiera por
el mundo entero serle de alguna utilidad (C 275).…observaciones en gratitud…
gratitud de hermano (C 282).
A varios sacerdotes les agradece por
el apoyo a sus hermanos:
…agradecerle de nuevo (C 277) …demostrarle el profundo
respeto (C 280) …gratitud y respeto (C 286).
A los obispos dice:
Tomamos en especial consideración el pedido que V.
Rvdma. tiene la gentileza de hacernos en favor de una parroquia de la diócesis
de Châlons (C 296) ...osamos suplicar a V. Rvdma....; El Señor Obispo hará la gentileza… Con el
permiso del Señor Obispo... (C 297) La Sociedad de María le debe demás, tanto
que estamos dispuestos a hacer todo, a arriesgarlo todo para probar a V. Excia.
con qué respeto... (C 305)
Y a un alcalde:
...a presentarle personalmente el homenaje del
profundo respeto y de la más perfecta gratitud... (C 303)
3) Caridad y justicia: la vida primero.
tengan la generosidad suficiente (C 287) en su
generosidad no dejará de encontrar remedio (C 289) Usted sabe que además de los
gastos de fundación de un Hermano, que no han sido pagados, el sueldo anual
todavía no se ha pagado por completo…
para poder hacer el bien hay que poder vivir (C 291) …se nos impone como
obligación mandar para la diócesis que nos ofrece tales establecimientos un
número de Hermanos proporcional al de candidatos provenientes de dicha diócesis
(C 296). Osamos suplicar el favor de conseguirnos del señor Obispo, para La
Côte-Saint-André, la misma cosa que tenemos en todas las localidades donde
nuestros Hermanos son llamados a trabajar (C 297) En salario de hermanos (C
306).
4) Osadía final
No se quedó Marcelino postrado en su
enfermedad y en su decepción tras el fracaso de sus diligencias en París para
la aprobación legal del Instituto. Al contrario, en esta etapa resurge con
vigor apostando a la novedad. Y aún tiene osadía para discernir la apertura de
noviciados en las diócesis y efectivamente abrir uno (C 278, 296 y 305), para
la fundación y sostenimiento de orfelinatos (C 306 y 281) y para intentar la
apertura de una pequeña escuela, con diseño casi experimental (C 301 y 302).
La presencia de Dios y María
Se ahorra en estas cartas las
despedidas comunes a los hermanos en las que los corazones de Jesús y María
están tan presentes. Nada de eso aparece en ellas. Aunque apunta al contenido
principal que quiere transmitir, no deja de enviar algún que otro mensaje de
fe.
Alaba el celo por la gloria de Dios
y salvación de las almas que percibe en los demás (C 292, por dos ocasiones). Y
es mencionado el Dios Providente que envía vocaciones y da fuerzas para
perseverar (C 276 y 299). Acude al Señor que da los medios (C 285), e invita a
acoger al Dios que exige sacrificios y recompensa (C 289).
Implora la ayuda de María (C 293),
buena madre (C 278) y Santísima Virgen a quien recurrir (C 275).
Fuerza dialéctica
A pesar de su delicada salud,
Marcelino se mantiene aún en un momento de lucidez y fuerza de convencimiento.
Especialmente relevantes en este sentido son las cartas 278, 287, 293, 294,
297, 301, 302 y 306. Las cartas relativas al orfelinato, y las cartas a las
diócesis donde se argumenta acerca de los noviciados, y la carta de la escuela
común en Villevert, ofrecen buenos
puntos argumentativos para su causa. Marcelino no está derrotado en la vida. Sigue
confiando en Dios, y se muestra luchador. La carta al obispo Devie es una joya
en la fineza de debate, en la que no deja de percibirse cierta ironía.
Conclusión
Después de la “crisis” vivida en su
estadía en París, y tras un tiempo de especial preocupación por la vida
particular de los Hermanos, se presenta este periodo como un momento de entrega
a la acción apostólica, de mayor preocupación por las escuelas y por el futuro
de la asociación de los Hermanos, una etapa importante de impulso misionero.
El Dios Providente y la Buena Madre son los indicativos de una espiritualidad
serenada frente a los vaivenes de la historia; el Dios fuerte que mantiene en
la perseverancia y en la lucha histórica sin eximirse de las responsabilidades.
Serenidad, fuerza en la debilidad e ímpetu misionero son el tenor predominante
de estos dos meses.
Queda la duda[1] del papel
que jugaron sus secretarios y especialmente el H. Francisco en la redacción de
las cartas de este periodo de su vida
aunque los viajes y visitas realizadas bien avalan lo que aflora en los
escritos. En particular, pienso que aún tuvo mucho qué decir Marcelino en estos
documentos que se nos han trasmitidos como suyos, y que muestran un alto grado
de coherencia con sus anteriores etapas de vida y con sus acciones presentes.
[1] Duda que arroja el H. Paul Sester con aquello de “a partir de 1840, si
no es mucho antes”; p. 540; y que de confirmarse en algo modificaria las
conclusiones presentes, que damos por válidas al menos con carácter de provisionalidad.
Es de advertir que 30 de estas cartas están en la Minuta; y de tres de ellas se
conservan los envíos, las dos a Mazelier (una autógrafa) y la del Sr. Dugas, de
Saint Chamond.
No hay comentarios:
Publicar un comentario