Carta de Champagnat

Carta de Champagnat

domingo, 13 de septiembre de 2015

Ensayo: Notas breves para una espiritualidad cristológica evolutiva en Marcelino Champagnat

Escribir sobre la espiritualidad cristológica del Padre Champagnat no es tarea obvia. Y eso por varias razones.
En primer lugar, Marcelino no sistematizó su saber y su experiencia cristológica en alguna obra escrita sobre el particular; fue un hombre eminentemente pragmático, y si queremos acceder a su espiritualidad cristológica deberemos acudir principalmente a su vida - transmitida en las biografías-, a las cartas que escribe a los hermanos, y poco más.
Además, hay que tener presente que toda vida humana escapa siempre a esquemas que son más rígidos que la realidad. Si se indaga queriendo presentar una evolución etápica en la cristología de Champagnat será siempre por razones de tipo pedagógico o ilustrativo de un caminar que puede iluminar el nuestro, teniendo en cuenta que las etapas se entremezclan y los primeros estadios subyacen por toda la vida.
Una última dificultad se presenta al tratar de ubicar a Marcelino en su diversas épocas: ¿qué será lo peculiar o más propio en relación con el ambiente en el que vive, frente a muchos de los elementos puramente contextuales?
Comenzaré desbrozando el terreno en este punto. "La imitación de Cristo" libro editado por primera vez en Alemania en 1470, es punto obligado de referencia para toda la espiritualidad cristológica posterior por lo menos hasta el siglo XIX. Sus líneas fuerza serán recogidas con diversos matices, por Ignacio de Loyola, y por la escuela francesa sulpiciana, entre otros... Sus grandes principios serán: la grandeza y santidad de Dios, la nada de la creatura, el oficio de mediador de Jesucristo, la unión con Cristo. Esta es la fuente de la que Marcelino beberá su espiritualidad cristológica.
Tras esta introducción intentaré señalar algunos hitos en el desarrollo de la cristología del Padre Champagnat.
A) Etapa del Seminario: Jesús adorado
Es aquí donde recibe de lleno el influjo de la escuela francesa. En la Resolución personal del 9 de enero de 1812 Marcelino ya señala sus muy grandes defectos, se considera orgulloso, muy indigno servidor y se dirige al Sagrado Corazón de Jesús como mediador para combatir el amor propio. Termina diciendo: "no soy más que un poco de polvo". Y en la del 3 de mayo de 1815 escribe: "Dios mío, conocéis mi miseria, Santísima Virgen, sabéis que soy vuestro esclavo... soy indigno... ". Expresiones que más tarde desaparecen.
Siguiendo la Vida que nos presenta el Hermano Juan Bautista (indico las páginas de la Edición Bicentenaria), son notorios algunos elementos en esta etapa. Cristo es presentado en cuanto sujeto de adoración y glorificado en su divinidad. Una muestra de ello soy las expresiones con las que se refiere a Jesús: "corazón divino, adorable Jesús" (p. 17), “divino Jesús mío" (19), "para gloria del Hijo" (23, 29, 96... aún en la 244). Las visitas al Santísimo y la devoción a la Eucaristía (19, 22, 37, 69, 107, 109, 133, 146,147, 231, 233...) son también indicativas de cuanto se viene diciendo.
Las actitudes básicas en esta etapa son de alabanza y sumisión al Creador. La fuerte lucha de Marcelino contra su orgullo (Resoluciones) más que indicar realístamente un defecto en él,  es una muestra de su conciencia de "creaturidad". Dejan entreverse, sin embargo algunos rasgos de ternura más personales. Nunca asoma una muestra de temor. Y en todo caso aflora la confianza.  ¿Será acaso la presencia maternal de María, siempre unida a Cristo la que le da una tonalidad particular a su espiritualidad cristológica, ya desde los inicios? Creemos que sí.
B) Los primeros años de sacerdocio: Jesús imitado
Ya hacia el final de su etapa de seminario comienza a intuirse una elaboración cristológica mayor, ajena no obstante a toda sistematización. Podría hablarse en él de una cristología de la imitación. Quizá sea conveniente aclarar a qué  me refiero al hablar de imitación. Un predominio de cierta exterioridad en la copia del modelo; individualismo marcado en el seguimiento de un jefe; relación particular yo-jefe, actitud de autotransformación mediante penitencias para lograr el acceso al modelo, la persona como ideal... Todavía se clarifica más si lo confrontamnos con el término, mucho más rico, de seguimiento. Este dice relación a un camino más creativo, que nace de impulsos internos, orientado a una misión, realizada en comunidad y con gran sentido de interdependencia. Es evidente que el librito "La imitación de Cristo" y la teología posterior, generó hasta el siglo XIX al menos, una cristología caracterizada más por la imitación que por el seguimiento.
En Marcelino, este influjo es notorio en lo que el H. Juan Bautista Furet nos transmite en la Biografía: La insistencia en la pasión, tomada como fin, así como los medios de disciplina y autoaflicción. La imitación de los rasgos de Cristo "copier trait pour trait". Es evidente el sulpicianismo de la imitación a Cristo en los Sermones copiados (ver estudio cristológico del H. Mariano Varona). Algunas páginas de la Biografía de Furet ilustran algunos rasgos (16, 154, 241 - Kempis, 330) de esta imitación. La doctrina de los Estados, muy típica de la escuela francesa se expresa en la mención de los primeros puestos. Belén y Nazaret remiten a la pobreza (63, 230). La obediencia a Cristo (362-363) es vía de para tal imitación. Marcelino considera ciertas prácticas favorables a este camino de imitación: ayuno (16, 22), disciplina (37), otras más (113, 133, 232, 399).
C) Tras los inicios de la obra marista: Jesús amado, amado por Jesús.
Junto a la maduración humana y expansión apostólica de Marcelino,va apareciendo una espiritualidad cristológiga más centrada en el amor a Jesús. Se trata de una espiritualidad fuertemente relacional, más afectiva, y en íntima conexión con la labor evangelizadora entre los niños y el acompañamiento a los hermanos que ingresan en la comunidad.
La Biografía según Furet, desarrolla ampliamente tres apartados que indican estos elementos, mostrando en su presentación, tal vez, alguna procesualidad: Amor a Jesús, amor a Jesús en los niños y amor de Jesús.
Las cartas, con su frecuente mención del corazón de Jesús, en quien deja  a los hermanos, se pueden situar bien en este tercer estadio de espiritualidad cristológica.

Son sólo unas notas que requieren de una mayor profundización investigativa, pero quise compartir con ustedes estas intuiciones antiguas… y ahí se las dejo.

viernes, 3 de julio de 2015

Carta 27 (a la srta. María Fournas) 3/3


4. MENTALIDAD DE MARCELINO

La asistencia social es vista como tarea cristiana a los desamparados (en tiempos en que las estructuras de los Gobiernos no lo hacen).
Marcelino considera que escribiendo a la benefactora podrá conseguir su apoyo para seguir con la buena obra.

5. RESONANCIAS BÍBLICAS

1Cor 13, 4.7: La caridad es paciente, todo lo soporta…
Hch 10, 38: Jesús “pasó haciendo el bien”
1Cor 12, 4-31: diversidad de carismas
Curaciones…
Atención a los niños… Dejen que los niños vengan a mí.

6. REFLEJOS EN LA LEGISLACIÓN MARISTA ACTUAL

C 2-3
La fe y el deseo de cumplir la voluntad de Dios le revelan su misión: Dar a conocer a Jesucristo y hacerlo amar. V 342
Decía con frecuencia: No puedo ver a un niño sin que me asalte el deseo de enseñarle el catecismo y decirle cuánto lo ama Jesucristo.V 493
Con este espíritu, fundó el Instituto para educar cristianamente a los niños y jóvenes, en especial a los más desatendidos.V 104, 519; C 28,4-6; 34; 59,22-29
El amor derramado en nuestros corazones Rm 5,5 por el Espíritu Santo nos hace compartir el carisma de Marcelino Champagnat e impulsa todas nuestras energías hacia este único fin: SEGUIR A CRISTO, COMO MARIA, en su vida de amor al Padre y a los hombres. PC 1 y 5 Intentamos alcanzar este ideal en comunidad.

CIRCULARES RECIENTES SOBRE EL FIN DEL INSTITUTO

18. Pienso, en concreto, que Marcelino Champagnat :
·      Movido por el Espíritu, quedó cautivado por el amor de Jesús y  María a él y a los demás.
·      Sintió fuertemente la situación de abandono religioso y cultural de los niños y jóvenes del ambiente rural , que en nuestro contexto actual  hablaríamos de marginados de la educación.
·      Creyó que Dios le pedía responder a esa realidad con la fundación de un Instituto de : maestros (educadores), religiosos laicales (Hermanos).
·      Creyó en la gran posibilidad de hacer conocer y amar a Jesucristo desde la educación (hoy diríamos evangelizar).
·      Pensó que la mejor educación era la que se impartía amando e intuyó que educar exige conocer y para ello hay que estar presente en el mundo, en la vida del niño.
·      Quiso que María fuera inspiración para sus Hermanos y protectora de la nueva fundación.
·      Quiso que los Hermanos fueran sencillos, pobres, sobrios, trabajadores y que ofrecieran el signo evangélico del amor fraterno.
·      Fue capaz de abrirse a los cambios, manteniendo siempre la intuición original del carisma, sobre todo en lo referente a los destinatarios: los jóvenes más necesitados.
(Caminar en paz, pero deprisa – Benito, 1997, p. 29)

Pocos años más tarde, a finales de julio de 1833, Marcelino volvió a escribir sobre la labor de su Instituto. Pero esta vez las líneas iban dirigidas a monseñor Alexandre Raymond Devie, obispo de Belley. El fundador pedía un aplazamiento de la fecha en que los hermanos iban a hacerse cargo de una escuela situada cerca de la localidad de Chaveyriat. La carta resulta particularmente interesante por las observaciones que hace Marcelino sobre los fines de la congregación: “Esta buena obra me atrae cada vez más, ya que, bien mirado, no se aparta de nuestro objetivo, al dedicarse principalmente a la educación de los pobres”.
Hay más cartas del fundador que hacen referencia directa al apostolado. Por ejemplo, las tres que mandó a los administradores de los Centros de Caridad de Saint-Etienne que le pedían hermanos para trabajar en una institución de sordomudos de la ciudad. Marcelino estaba dispuesto a aceptar este proyecto, pero antes quería tener bien preparados a sus jóvenes educadores. Impacientes por el retraso, aquellos señores acudieron finalmente a los Hermanos de la Escuelas Cristianas.

….

En la primavera de 1833, el fundador comentaba por carta a esta señora lo siguiente: “Nuestra comunidad es cada vez más numerosa y para dar ese servicio necesitamos un local independiente, lo que exige un gasto de siete u ocho mil francos; sin este local nos veríamos obligados a renunciar a esa obra en la que queremos trabajar, aunque sin perjudicar nuestro fin principal”.
Para Marcelino la finalidad del Instituto estaba clara. Sí; dentro de lo posible estaba dispuesto a responder a otras necesidades apremiantes del momento. Pero lo hacía sólo en la medida en que esos esfuerzos no distrajeran de la intención original para la que había fundado sus Pequeños Hermanos de María.
Así como tenemos que redefinir con claridad nuestra dedicación a los niños y jóvenes desatendidos, también debemos guardarnos de ser excesivamente restrictivos.

 (Dar a conocer a Jesucristo y hacerlo amar – Sean, 2006, pp. 24 y 36)

Los destinatarios iniciales de la misión serán, pues, los humildes, el pueblo bajo, la gente sencilla, entre quienes quedan comprendidos, lógicamente, no pocos pobres materiales. Esta orientación aparece señalada por el mismo Fundador cuando, al redactar las promesas de los primeros hermanitos, incluye en ellas el compromiso de enseñar gratuitamente a los pobres.

Los huérfanos (los "pobres huérfanos" que decía) entran también en sus planes. A pesar de las dificultades que supuso el funcionamiento del orfelinato en el Hermitage, Marcelino nunca eliminó de sus planes el trabajo educativo en favor de los huérfanos. Las realizaciones concretas del Hospicio de Caridad de Saint-Chamond y del Orfelinato de Danuziére de Lyon (ambos de 1838) y del Hospicio de la parroquia de Saint Nizier de Lyon (1840), son prueba de ello.

Su intención queda explícitamente plasmada en un artículo que añadió (de su puño y letra) a los Estatutos redactados en 1825 y que dice textualmente: "El objeto de la Congregación es asimismo dirigir casas de providencia o de refugio, en favor de jóvenes que hayan abandonado el mal camino y que se encuentren expuestos a pervertirse... "
.
(EAM Charles Howard y Consejo – Suplemento, 1993, p. 557)

7. FRASES QUE ME IMPACTAN

Señorita. Única vez que escribe una carta a una señorita (de 70 años). Sólo hay 3 cartas más de Marcelino a mujeres, a saber: a Chavoin, a su cuñada, y la reina. Resalta su trato sencillo, espontáneo y respetuoso.

Estamos en la bella estación. Curiosidad: pocos usos de la palabra “belle” (iglesia bella, C17; carta bella, C80; cosa demasiado bella, C179), “beaux” (bellos ejemplos, C62; bellos augurios, C19) o “beau” (bello local, C71; bello copón, C174). Más impacta el comienzo de la carta con este toque sensitivo.

Obra a la cual le prestaremos ayuda de buen corazón. Hace ver que la obra es de la Srta. y que está dispuesto a seguir ayudando. Marcelino es sensible al sufrimiento de enfermos y ancianos. Sabe colaborar con otros para hacer el bien, sin protagonismos.

Nuestra comunidad se va tornando muy numerosa. Es un momento bonito de expansión de los hermanos.

Nos veríamos obligados a renunciar a esta buena obra en la cual colaboraremos en la medida en que no entorpezcamos nuestro fin principal. El discernimiento sobre el fin principal. Atención a las llamadas de Dios.

Estamos satisfechos de la conducta del pequeño Lucas. Marcelino es sensible a la situación de los niños huérfanos.

8. REFLEXIONES PERSONALES

Marcelino es un hombre sensible a las necesidades de enfermos, ancianos desvalidos y niños huérfanos, y busca responder a estas necesidades. ¿Cómo respondemos hoy a llamadas similares?


Marcelino no actúa solo. Se siente comunidad con sus hermanos, y está dispuesto a colaborar con otros hombres y mujeres que buscan aliviar las carencias de los pobres. No tiene ninguna dificultad en asociarse a una mujer laica.

martes, 23 de junio de 2015

Carta 27 (a la srta. María Fournas) 2/3


P. Sester
Brambila
Observaciones

Mademoiselle,


Señorita,



Nous voilà dans la belle saison. Il est temPS de préparer un locale pour continuer la bonne oeuvre que vous avez entreprise, à laquelle nous nous [prêterons] prèterons de bon coeur. Notre bonne volonté est bornée par la [pénurie] penurie de nos ressources et le manque de locale. Notre maison devenant plus nombre(u)se, nous avons besoin, pour la bonne oeuvre en question, d'un local indépendant, ce qui demande une dépense de sept ou huit mille francs, sans quoi nous (nous) verrions obligé de renoncer à cette bonne oeuvre [à] a laquelle nous nous [emploierons] employrons, mais sans nuire à notre but principal.

Henos aquí, en la bella estación. Es el momento oportuno de preparar un local que permita continuar con la obra que Ud. ha iniciado; obra a la cual le prestaremos ayuda con gusto. Nuestra buena voluntad se ve entorpecida por la penuria de recursos y la falta de local. Nuestra comunidad se va tornando muy numerosa, tenemos pues necesidad para proseguir con la obra en cuestión, de un local independiente, lo que exige un gasto de siete u ocho mil francos, sin los cuales, nos veríamos obligados a renunciar a esta buena obra en la cual colaboraremos en la medida en que no entorpezcamos nuestro fin principal.

Bella estación

Buena obra


Buen corazón




Buena obra




Buena obra

Sin perjudicar nuestro fin principal (Aragón)
[J'attends] J'attens une réponse. Nous sommes content du petit Luc.

Espero una respuesta. Estamos satisfechos de la conducta del pequeño Lucas.

Luc será posiblemente un huérfano confiado al P. Champagnat por la Srta. Fournas. Pero no nos han llegado  registros con su nombre.



1. SITUACIONES QUE REVELA LA CARTA
  • Es primavera (parr. 1, lín. 1 – carta en francés, editada por Brambilla)
  • La srita Fournas ha iniciado una buena obra (1,3)
  • Marcelino está dispuesto a ayudarla (1,5)
  • Marcelino no tiene ni local ni recursos suficientes (1, 6-8)
  • La comunidad marista se ha vuelto muy numerosa (1,9)
  • El pequeño Lucas complace con su conducta (2, 1-2)

2. DATOS  DE PERSONAS Y OBRAS

FOURNAS Marie (1763-1833) nació en Saint-Chamond, Loire, en 1763 de Jean-Marie Fournas y de Maguerite Galley. Por parte de padre era hermanastra de Claude Fournas, diputado de la Loire y caballero de la Legión de Honor.
Tenemos numerosos testimonios sobre ella y su familia:
“Dos sacerdotes de fuera de la región y, por consiguiente, desconocidos como sacerdotes, encontraban en la ciudad un refugio seguro en la familia Fournas”. (J. Condamin, Histoire de Saint-Chamond, p. 494).
“El Sr. Dervieux, párroco de Saint-Pierre ha realizado en la ciudad de Saint-Chamond numerosos centros útiles, con el concurso de personas afortunadas... (entre ellas) la piadosa Srta. Fournas que era eminentemente caritativa y siempre deseosa de dar con generosidad para obras buenas”. (M- Cattin, p. 113).
Fundó una obra de asilo en la antigua calle de la Bobe llamada hoy calle del Asile Fournas.
En 1830 regaló una finca de 21 hectáreas al hospicio de la Caridad. Esta donación permitió a las Hermanas de Saint Vincent de Paul instalarse en la calle del Arzalier en una casa del Sr. Victor Dugas, y luego, con la ayuda suplementaria del Sr. Ennemond Richard, instalar un orfanato y una farmacia en la calle Garat (según los Vieux Amis de Saint-Chamond).
En 1833, la Srta. Fournas, antes de morir, hizo donación al P. Champagnat de su propiedad de la Grange Payre, además de la ayuda financiera que le daba para atender a los ancianos y huérfanos que albergaba en l’Hermitage. Murió en Saint.Chamond, el 3 de junio de 1833, en su domicilio de la calle Garat.

CHAMOND (SAINT), capital de cantón del departamento de la Loire, y del distrito de Saint-Étienne. La ciudad de Saint-Chamond cuenta, en 1880, con 12600 habitantes y debe su primera ampliación, y tal vez su fundación, a los romanos. Tras la época del Terror, St-Chamond siguió siendo una de las ciudades más religiosas de la diócesis. Entre las familias que más contribuyeron a mantener este espíritu religioso y que fueron también las principales bienhechoras del hospital y de nuestro Fundador, debemos nombrar a los Théolière, los Neyrand, los Chaland, los Richard. los Dugaz, los Royer, los Fournas, los Mondragón, etc… En tiempo de nuestro venerado Fundador, estas familias, eran no sólo las bienhechoras del hospital, sino que varios de sus miembros eran sus administradores. En sus dependencias, los animadores habían establecido un orfelinato para niños pobres, bajo el nombre de “Providencia”. Al principio, los empleados del hospital se hicieron cargo de los niños admitidos en el centro. Uno de los más importantes se llamaba Antoine Desgranges, nacido en 1800. La Providencia sólo podía recibir una veintena de huerfanitos. Su ocupación era fabricar clavos. Cada uno disponía de su pequeña fragua y su fuego. Fuese porque los cuidados de los niños fueran insuficientes o resultasen demasiado caros, se propuso, en 1839, a nuestro piadoso Fundador encargarse de esta Providencia. Aceptó la propuesta con tanto mayor interés cuanto se la hacían los principales bienhechores de su naciente Instituto. Así, pues, prometió dos Hermanos en las mismas condiciones que los de las Providencias de Lyon, es decir, recibir alimentación, alojamiento, calefacción y lavado de ropa… Actualmente los municipios de Izieux y St-Martin-en-Coailleux están integrados en el de St-Chamond. Por consiguiente, debemos mencionar, a propósito de este municipio en los tiempos del P. Champagnat, la propiedad de N.D. de l’Hermitage y la Grange-Payre.

GRANGE-PAYRE (LA) era propiedad de la familia Fournas; situada en el municipio de Izieux, constaba de un edificio de vivienda y otros de granja. Según nuestros documentos, la valoración del conjunto ascendía a 70000 F de la época. La Srta. Fournas, su última propietaria, la regaló al P. Champagnat, ante el notario Sr. Louis Maximilien Finaz, el 15 de mayo de 1833, menos de tres semanas antes de su muerte, ocurrida el 2 de junio siguiente.
En 1837, el P. Champagnat decide utilizar esta casa para recibir “a los postulantes que no han cumplido los 13 (o 15 años), contra el pago de una pensión de 100 escudos por año (Circulaire del 15 de agosto de 1837, Nº132).
Por lo que se refiere a la finca, era explotada por un granjero (Nº 175, 182 y 197) hasta 1838 (Abrégé, p. 244). Ese mismo año, la casa empezaba a recibir internos, bajo la dirección del H. Cassien (id. p. 257), quien dejó su puesto al H. Athanase, en 1839.
El P. Champagnat insistía en visitar por última vez la Grange-Payre, el jueves santo de 1840 (Vie, ed. 1989, pp. 232-233). El internado llegó a tener cuatro clases y seguía recibiendo postulantes.
En 1853 se vendió la propiedad de la Grange-Payre, por 75000 F para pagar la de Saint-Genis-Laval recién adquirida (Abrégé, manuscrito, p. 443).


(Repertorio 2)


Grange Payre – St Chamond


3. ACTITUDES DE MARCELINO

  • Se muestra espontáneo, con gran sencillez de trato: inicio con el simple “señorita”.
  • Valora positivamente la obra de esta señorita: por tres veces habla de “buena obra”
  • Está dispuesto a apoyar esta “buena obra”; es sensible a la propuesta
  • Resalta la dimensión afectiva de este apoyo: “de buen corazón” lo hará
  • Valora la naturaleza, vive el goce estético: es la “bella estación”.
  • Constata el crecimiento de la comunidad, que se ha vuelto “muy numerosa”
  • Es realista: constata la falta de recursos y local
  • Sabe pedir ayuda con delicadeza: necesita un local y 7 u 8 mil francos
  • Vive en actitud de discernimiento de la misión:
    • Distingue entre colaboración-ayuda y fin principal.
    • La carta siguiente cronológicamente ahonda en el tema y afirma: “cada vez me siento más atraído por esta benéfica obra, que bien examinada, no se aparta de mi objetivo, puesto que ella concierne principalmente a la educación de los pobres” (PS 028; julio 1833)

martes, 16 de junio de 2015

Carta 27 (a la srta. María Fournas) 1/3

CARTA A LA SRTA. MARIA FOURNAS
DE SAINT-CHAMOND (LOIRE)
Escrita a comienzos de primavera de 1833

INTRODUCCIÓN

Tenemos un  Borrador posiblemente autógrafo.
Está sin firma y sin fecha.
Se encuentra en los archivos de los Hermanos Maristas: AFM; 132; 3 bis; p. 51.
Ha sido editada en castellano en Cartas V*, con el número 027. La traducción es de A. Aragón, sobre el texto francés editado por P. Sester. Contamos también con la versión informática y en cuadernillo del CEPAM, con traducción de A. Brambila.

La fecha es posible inferirla tomando en cuenta los siguientes datos:
1-12-1832: Champagnat recibe en el Hermitage a dos enfermos enviados por la Srita. Fournas.
“Hoy, sábado primero de diciembre de mil ochocientos treinta y dos, día feliz, hemos contribuido a una buena obra de la Srita. Fournas, recibiendo a dos achacosos incurables." (Registre de entrées nº1, p. 45; en Fms Cuadernos Maristas 20, p.92. Citado y traducido en Vida Bicentenario, p. 365, Nota 3)
El 18-01-1832 recibe de la Srta. 1000 francos.

15-05-1833: La Srta. Fournas regaló al P. Champagnat La Grange-Payre, ante el notario Sr. Louis Maximilien Finaz.
El 20-05-1833 le regala 3000 francos (Balko)
02-06-1833: La Srita. muere en Saint.Chamond, a la edad de 70 años.
(Repertorio 2: Fournas y Grange-Pyere)

Como la carta habla de la “bella estación”, tanto Paul Sester como Brambila la sitúan en la primavera de 1833.

Objetivo principal: Solicitar a la Srta. Fournas un local y dinero para mantener la atención que se tiene a varios ancianos y enfermos (la “buena obra” mencionada).

Objetivo secundario: Informarle a esta Srta. sobre el joven Lucas.

Situación política: Estamos en un tiempo de relativa estabilidad, bajo Felipe I de Orleáns.
La historia de Francia cambió cuando en 1830 se produjo en Francia la Revolución de Julio, una revolución liberal que, nuevamente, tuvo enorme influencia en el resto de Europa. La alta burguesía (banqueros, industriales y funcionarios) se rebeló contra la Restauración, a favor de una monarquía constitucional de voto censitario capaz de brindarle poder político y mayor libertad económica. Así, cayó la dinastía de los Borbones y reinó Luis Felipe I de Orleáns hasta 1848. (http://www. historiafrancia.com/ Francia-Edad-Contemporanea.aspx)

Contexto marista: También parece un tiempo de cierta bonanza y estabilidad.

El hecho principal de estos ocho meses [primeros de 1833] es la preparación del viaje a Roma del P. Colin, un viaje que le permitirá presentar directamente a la Santa Sede el plan de la Sociedad. El P. Colin entra en contacto con Mons. de Pins, y al Sr.Cholleton  se le encomienda que se encargue de los asuntos de la Sociedad de María en la administración de Lyon; con estos dos hechos se abre la vía para iniciar una diligencia directa con el cardenal Macchi, único miembro de la curia romana que conocía entonces el proyecto marista. La respuesta del cardenal fue decisiva para que los obispos de Lyon y de  Belley  autorizaran  el  viaje. Colin prepara el dossier que ha de presentar a la Santa Sede, obtiene las cartas de recomendación, hace firmar dos súplicas a sus compañeros y el 29 de agosto sale de Lyon hacia Marsella con los señores Chanel y Bourdin. (Orígenes Maristas, Tomo IB, p. 523)

1832
fin agosto: El P. Champagnat escribe a la Madre Saint-Joseph, superiora de las Hermanas Maristas de Bon-Repos para anunciarle el envío de tres muchachas postulantes.
1-12: Champagnat recibe en el Hermitage a dos enfermos envisdos por la Srita. Fournas.
6-12: Mgr de Pins, que quiere emprender nu­evas gestiones en vistas a la autorización legal, pide al P. Champagnat que firme, y haga firmar por sus Hermanos, los estatutos modificados siguiendo las indicaciones del Consejo de Estado del 5 mayo 1830.

Global
22 postulantes toman el hábito religioso: Hermanos Luis María, Flaviano (Gacher), Tomás (Juan Bautista Tomás), Nilamón (Colomban), Francisco María (Convers), Angel (Françon), Simeón (Fayasson), Apolinar (Ginet), María José (Rondet), Marcos (Poulas), Lázaro (Guerry), Joaquín (Bonvalet), Onésimo (Besson), Francisco Regis (Boîton), Clemente (Pessen), Sebastián (Astier), Rémi (Dubessy), Luis Bernardo (Fayol), Casiano (Chomat), Santiago (Baile), Basile (Vincent), y Pedro María (Pérenon).
5 Hermanos hacen profesión perpetua en privado: Hermanos Nilamón (Colombon) Pedro (Souchon), Jerónimo (Grappeloux), Andrés (Aubert) y Pío (Renou).
Una defunción: H. Anselme.
Tres fundaciones: Sorbier (Loire), Terrenoire (Loire), Viriville (Isére).
Reapertura de la escuela de Marlhes, cerrada desde 1821. (Avit, 78).

1833
12-03: El P. Colin comunica al P. Champagnat que M. Colleton ha sido encargado de los asuntos de la Sociedad de María. Le invita a hacer una novena por el éxito de las nuevas gestiones que piensa emprender en Roma. (OM I, doc. 266, 577)
15-04:  El P. Colin comunica al cardenal Macchi  que siguiendo su consejo quiere emprender un viaje a Roma para tratar personalmente el asunto de la Sociedad de María con el Papa. Le comunica también la existencia de la rama de las Hermanas y la de los Hermanos que cuenta con 18 establecimientos. A la carta adjunta una súplica a Su Santidad para pedir ser convocado a Roma para poder presentar el proyeto de la Sociedad. (OM 1, 581)
15-05: El 15 de mayo, la señorita María Fournas, por testamento, cedió limpia y sencillamente la propiedad llamada de la Grange-Peyre, al Padre Champagnat. Tal propiedad está estimada en alrededor de 70 000 fr. El Marqués de Montdragon regaló al mismo tiempo, un terreno adjunto. Algunos piensan que la donadora había impuesto al Reverendo Padre la obligación de recibir varios pobres en el Hermitage. No es cierto. El Padre recibió, más tarde, un pobre demente llamado Corromp, un cojo de nombre Carlos Badois, y el viejo Chazele, zapatero, que luego tomó el hábito, con el nombre de Hermano Espiridión; pero los recibió por su propia voluntad.
24-06: El P. Colin comunica al P, Champagnat su intención de ir a Roma a principios de septiembre, esperando encontrarse con él antes de esa fecha. Que mientras tanto prepare un informe sobre la Regla de los Hermanos.

Global:
Tomaron el hábito los Hermanos Ligorio (Achard), Alfonso (Verchère), Leon (Achard), Germán (Richard), Justino (Champallier), Simón (Poinas), Juan Francisco (Ginier), Teófilo (Prudhomme), Régis (Noir), Macario (Burre), Ignacio (Just), Pothin (Courbon), María Nizier (Thomas) y María Jubin (Mériguet).

(Orígenes Maristas, I, años 1832-1833)

Observación sobre el citado Registro de Entradas nº 1.
Recoge ingresos principalmente de Novicios y Hermanos, con fechas comprendidas entre 1822 y 1835.
Las entradas de más de 500 francos son éstas, por orden de fecha:

Fecha              Francos                       Entregado por                        
07-25              850                  Anónimo
23-10-27         900
07-03-28         600                  Derisoud
27-08-29         611.60             Timote
18-09-31         565                  Fco. Marie
19-02-32         594                  Lazare
02-06-32         600                  Remy
19-09-32         1200                Cassien y Arsene
02-05-33         1800                los mismos
10-05-33         1545               Jacques

A partir de 1832 se registran ingresos mayores con más frecuencia. En mayo de 1833 Champagnat recibe una buena ayuda para su obra.

SOBRE LOS ANCIANOS Y ENFERMOS EN EL HERMITAGE

Es bien conocido que el padre Champagnat admitía ancianos en el Hermitage (Introducción de P. Sester a la carta 027; BCT 527-528; Avit, AA 132, Silvestre 100)

Otro acto de caridad que el Padre Champagnat ejercitó los últimos años de su vida, fue recoger y cuidar a varios ancianos desamparados y sin medios de ganarse la vida, expuestos a toda clase de privaciones. Puso un Hermano a su servicio, y les proporcionó cuanto necesitaban sin exigirles más que vivir como buenos cristianos. Algunos de ellos estaban afectados de enfermedades repugnantes; otros añadían a los padecimientos físicos lacras morales. Por ello resultaba muy penoso y difícil atenderlos. Pero la caridad, que es paciente, que todo lo soporta, que a nada hace ascos, ayudó a nuestro venerado Padre a superar todas aquellas miserias. (Biografía Furet Bicentenario, p. 365)

Pero, ¿contruyó una casa para los enfermos?

Siguiendo esta pista, se descubre en las cuentas del cuaderno n° 2 que la Srta. Fournas hace dos otras subvenciones al Padre Champagnat durante el año 1833: 1000 Francos el 18 de enero, y 3000 Francos el 20 de mayo: “para una providencia y para la comida” (El 18 de agosto, la señorita Bertolet da 900 Francos). La información definitiva se nos proporciona en la página 55 del cuaderno n° 8 del Padre Charnpagnat. Se lee: 1128  julio de 1833 diferentes compras relativas a la Obra de los Minusválidos. En realidad, hay una lista de gastos de mano de obra y materiales hasta la fecha del 19.12.1833. (Al añadir las cifras alineadas, se obtiene la suma de 4.90l, 40 Francos, correspondientes a las subvenciones reunidas de los dos benefactores mencionados).
Hubo pues un pequeño asilo, separado del edificio principal de la casa de ND del Hermitage, construido por el Padre Champagnat durante el año 1833.  Sobre este punto el texto de la carta queda claro “Nuestra casa que se ha convertido en más numerosa, nosotros tenemos necesidad para la buena obra en cuestión de un local independiente ".

Tenemos sin embargo  un testimonio que basta para confirmar la parte fundamental.  Es la declaración del Hermano María-Lino, en el Proceso del Ordinario:
“En 1834, fecha de mi entrada en religión vi a cuatro ancianos impedidos que residían: un Hermano, cuyo nombre me escapa, tenía cuidado de ellos en una casa llamada la enfermería, delante de la sede central, y, separada de algunos metros. Este Hermano los hacía rogar a Dios, y los informaba de los misterios de las religiones etc . ... »

Poseemos en efecto, un viejo grabado de la casa del Hermitage, (véase. Monografía de ND del Hermitage, de P. 14), que muestra una pequeña casa situada sobre la terraza actual de la Enfermería,  quizá el principio del futuro edificio del escolasticado.  A pesar de la leyenda que lleva la fecha de 1840, el dibujo es previo a 1836, puesto que no está aún la nueva capilla.
Hay pues un “refugio” de ancianos en ND del Hermitage en el tiempo del Padre Champagnat.  Fue necesario reducir probablemente el proyecto primitivo para ponerlo al alcance de los recursos disponibles. (F. A. Balko. FMS N° 16. Juillet-août 1975)

SOBRE LOS HUÉRFANOS

(10).- La instrucción de los niños en general y en particular de los pobres huérfanos es el objetivo de nuestra Institución. Tan pronto como terminemos de construir la casa del Hermitage y que podamos disponer de buena cantidad de agua para cubrir los gastos de la casa, estaremos en capacidad de recibir niños de los orfanatorios para propocionarles status mediante una educación cristiana. Aquellos que muestren disposiciones para la virtud y para la ciencia serán empleados en la Casa. (PROSPECTO 1824A[1]; HERREROS[2], 022-024; 1824-06. Del borrador escrito por un secretario que inicia el reverso del cuaderno 8 de Champagnat. AFM[3] 132.8 pp. 86-82)

El proyecto de prospecto de 1824, cuyas orientaciones fundamentales ampliamente se confirman por documentos posteriores nos permitieron encontrar algunas preocupaciones del fundador generalmente olvidadas en la práctica del Instituto y descartadas de su historia y sus textos normativos. Esta especie de normalización parece haber sido comenzado por las autoridades diocésaines, más preocupadas, en 1824, a organizar escuelas que de venir a la ayuda de los huérfanos y de la juventud abandonada.
Sin embargo, las intenciones del fundador permanecieron grabadas en los distintos estatutos y prospectos llegados hasta nosotros.
Cuando se piensa que, en las vistas del Padre Champagnat, el Hermitage, la sede central, la escuela-modelo, debía ser un orfelinato, se puede formarse una idea del lugar que los pobres y los huérfanos ocupaban en su corazón, sus pensamientos, sus proyectos.

¿Por qué el Padre Champagnat, dotado con un sentido práctico tan evidente, quiso colocar su casa entre la roca y el río? La gran obra es amenazada por una parte por las inundaciones del río, por otro por los desmoronamientos de rocas. Se añade la suma de esfuerzos enorme para ganar el espacio necesario para la construcción, picando la roca sin descanso. En efecto, las casas de vivienda y las explotaciones de la región se establecen a una determinada distancia de los ríos; son las fábricas que se instalaban en la proximidad inmediata del curso de agua.  Parece que allí encontramos la clave del misterio, como uno da prueba el paso citado dónde la “toma de agua” ocupa una posición central.
La rueda hidráulica era el motor de todas las pequeñas industrias de la región, y especialmente del molino a batán y la fragua instalada del otro lado del río. El joven Marcelino vio y experimentó todo el partido que sabía extraer un hombre tan listo como su padre, Juan-Bautista Champagnat. Todo parece indicar que el Fundador, especialmente dotado para toda la especie de trabajos manuales, proyectaba un complejo artesanal para la formación profesional de los huérfanos. Proporcionaba al mismo tiempo el impulso y  empleo a los Hermanos que no estaban en la enseñanza o que no eran contratados allí durante la temporada de invierno. Por otra parte, todos los Hermanos de María eran trabajadores, teniendo múltiples ocasiones de llevar a la práctica su primera formación en la actividad manual.
   
(¿Un orfelinato en El Hermitage? F. A. Balko. FMS 36. 1979; en CEPAM – francés. Este artículo es extenso y de mucho interés. Debate el tema de los niños huérfanos hasta tiempos más recientes, mostrando la preocupación de Marcelino y Francisco, y el desinterés de otros hermanos. También recoge algunos textos sobre la atención a los niños abandonados desde la época de La Valla)

viernes, 5 de junio de 2015

Hermanos en Lavalá (poema)

Con ocasión de la memoria de Marcelino (6 de junio), les comparto este poema (soneto): Hermanos en Lavalá. Feliz día.


domingo, 24 de mayo de 2015

Poemas a Marcelino

Unos poemas de composición propia para Festivales Maristas de Venezuela (con tema dado), recitados por  jóvenes de nuestras presencias maristas (Juan XXIII, Machiques y El Cristo).


No es fácil esculpir rostros de ángeles


Quiero hablarles de un sueño:
Un hombre que extendía la mano,
Abierta, con sus cinco dedos.
Llegaban miles de niños,
Tomaban su mano, su brazo,
Y por él, su cuerpo entero.
El hombre desaparecía en la confusión del gesto.
Un niño crecía,
Y de nuevo, la misma escena repetida,
Una y mil veces.

Luego, su palabra.
El hombre aquél primero,
Contaba la historia desde el comienzo:

La Valá fue la puerta del mundo,
El evangelio comenzaba a resonar descalzo,
Los vecinos aplaudían y elogiaban,
Los niños se acercaban desde todos los rincones,
Los pobres entraban gratis a la escuela.
Nuevas aulas, nuevos pueblos.
Doce huérfanos atendimos ese primer año.
Con cariño y con esfuerzo otros más fueron atendidos.

Es más fuerte el amor
Que todo el dolor del mundo junto,
Las ilusiones de un hombre de Dios
No son banderas de moda
Arriadas e izadas mil veces.
Cuando el mundo está por disolverse
Y acaso Dios parece estar lejano,
Cuando se hace más inaccesible la esperanza,
Cuando ya suenan clarines,
Anunciando el ocaso de las utopías,
Es entonces el momento.

Un niño moribundo
Señalaba el fin del tiempo,
La hora de la historia nueva,
Del odre nuevo, del vino nuevo,
De la nueva humanidad resucitada.

Entonces como ahora no faltaron los peros:
Pero es absurdo y sin sentido
Un ejército de niños pobres,
Una masa humana sin ideas ni poderes,
Es absurdo, digo,
Que puedan cambiar el mundo,
Renovarlo al menos.
Quizás si hablaras a mi conciencia
De los niños futuros-presidentes,
De los niños futuros-gerentes,
Futuros políticos o empresarios,
Futuros hombres de negocios...
Esos si podrían cambiarlo.
Pero no cabe en mi razón
Esa falta de visión táctica,
Esa estrategia tan desbaratada.
Está loco sin ninguna duda:
Es un problema psíquico,
Una baja autoestima, y una neurosis galopante.

La historia esta escrita de victorias y fracasos,
De oposiciones y retos.
Fue la hora de entender aquellos versos:
Si el Señor no construye su obra,
Inútiles son nuestros esfuerzos.
La fuerza de los pobres
Es fuerza del evangelio.

Pero, bueno,
¿Recuerdan el sueño de que hablaba?
¿Y el hombre aquel del sueño?
Soy yo mismo
Y ustedes, son parte de este sueño,
Palabra y gesto nuevos,
Escultores del difícil reto:
Ya sabemos,
No es fácil esculpir rostros de ángeles...
Mas tampoco imposible
¡¡¡Comencemos!!!



Pequeña esperanza de hacernos hermanos


No son mis sueños los del mundo transformado;
es demasiado grande,
es demasiado lejos,
es demasiado idea...
Ni sueño en los gobiernos
                         -democracias todos-
incorruptos, incólumes, perfectos.
Ni en los líderes del orbe,
gigantes del amor interhumano.

He visto un joven moribundo
y he sembrado en su vida
la presencia de un Dios
que tiene todavía la última palabra.
He visto niños sin escuela
en el horror de un pueblo destrozado por la guerra
y he buscado maestros
que desde Dios enseñen
a caminar en firme.
Los huérfanos y ancianos están bajo mi techo.
Cobijo y pan, y el cariño primero,
es todo cuanto tengo para ellos.

Pequeña flor es mi vida.
Violeta, pequeña flor de la esperanza.
Escondida en el último rincón de la caja de Pandora,
aún nos quedas.
Eres humana todavía.
Eres del Pueblo.

Hacernos hermanos
no es mucho lo que sueño
Hacernos pequeños -como Jesús decía-
prójimos del hombre maltratado
al borde del camino,
acabado a fuerza de miseria.
Hacernos hermanos.
Recoger los lamentos y elevarlos a Dios
en una sola voz.
Serán canto común en El
y camino liberador.
Pequeña esperanza de hacernos hermanos.



Parábola del hermano solidario


Hay un hombre en la calle
asaltado - herido - medio muerto
¿Quién será su hermano?
La verdad desnuda es ésta: yace solo.
Transitan las gentes vagamente
y lo ven
y lamentan
que en esta tierra existan desalmados
que provoquen tales hechos.
Un gerente de lucros y miserias
imagina futuras sociedades
sin estas disonancias.
Y el doctor que olvidó su maletín
-y allí muy bien guardado,
                        en doble fondo,
su hipocrático juramento-
se distrae a su paso
con un par de piernas bien contorneadas
que cruzaron por su acera.
El policía citadino anota una rayita
que hará de un tres un cuatro
en alguna estadística oficial.
Y el periodista, al verlo,
reporta la noticia
en la última página
del cuerpo de sucesos.

Y el hombre es más que un hombre...
recorre su sangre las conciencias...
la sangre vertida
en las regiones infinitas
de este pueblo...
y en niño se transforma,
vendedor de mil diarios,
sufridor de mil penas...
o en población rural,
desolada,
sin luces ni aguas,
ni vida  ni esperanza,
ni doliente,
en soledad que es olvido,
                        y llanto y muerte,
y ¡pobre cielo!...
o en la mujer cansada
                        del amor sin amor,
de las palabras falsas
y los dineros cortos,
y los engaños y los rebozos,
y las mentiras gordas
-sueños prefabricados-,
y los... y los... y los...
o en el indio de estas sierras,
casi nadie para casi todos,
casi útil
para algún escrito
            falsamenteautoctonista,
definitivamente sepultado en vida,
en enfermedad, en hambre, en abandono...
Sigue el herido herido
mientras los hombres pasan.

Y habrá un gesto solidario:
se extenderá una mano abierta, palpitante,
ante el dolor y el sufrimiento extraño.
Algún desconocido
sin más títulos que el hambre,
y su trabajo a cuestas.
Quizá un rostro femenino,
firmeza y ternura
de quien supo sufrir,
y morir un poco cada día.
Correrá los riesgos
del señalamiento y la pregunta,
vivirá, de hospital en hospital,
este actual viacrucis,
atenderá finalmente,
del mejor modo posible,
las heridas y los ruegos del caído.
Y este "ser solidario"
será espejo de otros muchos.
Surgirán los proyectos
de hermanos de la vida:
algunos bajo el signo
de la ayuda generosa,
tal vez otros
respondiendo al clamor
de nuestro tiempo,
con un tono de denuncia y profecía,
y sencillez vital, compartida...

Serán nuevos Champagnat.
Y los jóvenes Montagne verán la luz,
y seremos maristas,
aún, y para siempre.



Marcelino: ayer, hoy, mañana


Ayer fue Jesucristo,
hombre adulto y evangelio:
evangelio de siempre, evangelio hermano,
palabra centenaria cinco veces
en esta tierra americana.

Bartolomé y Montesinos pronunciándote,
de camino en camino,
denunciando la encomienda y el patrón...

Y después Marcelino en son de Revolución:
libertad de hijos,
fraternidad e igualdad de hermanos.

Venezuela es la tierra que te acoge.
Tres violetas han nacido bajo el sol aplanador
y el viento esparce su aroma.
Un proyecto educativo,
una siembra de hombre nuevos
cultivados con firmeza y con tesón.

El suelo nos enseña de la vida.
En la tala del monte
caen los árboles a golpe de machete.
La tierra fértil se prepara con la quema
y la cosecha será abundante.

Hoy la ciudad es Miguel,
y Wilfredo con sus panas.
Miguel y sus andrajos
vocean por las calles
vendiendo Panorama, proclamando miseria.
Su hermanita, café amargo,
como amargo el sufrimiento.
Y el pequeño Manuel las empanadas.
Wilfredo y sus amigos saborean la piedra.
El mundo qué más da,
es sólo comedia o drama.

Y hoy también,
Marcelino y su evangelio
se hacen eco en nuestro pueblo,
y el futuro es llamada incontenible.
Y la historia se hace nueva,
la del pueblo solidario,
de la arepa en el budare
y después en la mesa,
partida y compartida,
como Cuerpo de Cristo,
otra vez crucificado.

¿Has mirado a la montaña?
A los ojos del hombre es recia y firme
y en sus entrañas late la vida
y también sufre.

Somos montaña con vigor de selva dentro.
Y es montaña el pueblo.
Deja crecer la vida,
el corazón de hoy será mañana.

  

Construyendo sueños, con corazones nuevos

 

¿Cómo es eso de construir sueños?
Un sueño es una nube,
y otra…
y sobre ella otra,
Coloco una nube,

¡No!,
¡Perdón!,
no
es
eso…

Diosito tuvo un sueño.
Y puso un día / sobre otro día, y luego otro, y otro…
Fue cumplido su sueño creador.
Y nos hizo soñadores, soñadoras.

Más tarde vino un hombre que dijo:
“Sueño una mesa grande donde quepan los pobres”.
No le dejaron alcanzar su sueño:
lo mataron guindado en un madero, entre la tierra y el cielo.

Luther King, apóstol de los negros,
anunció su sueño de igualdad sin barreras,
y acabaron con él, en el país de las libertades…

Mas sus sueños vivieron
entre sus seguidores.

En otro sueño, el poeta Pessoa
vio a Jesucristo descender a la tierra
y hacerse niño para jugar con él,
volviendo patas arriba sus propios sueños.

Marcelino / no nos contó su sueño

Pudo haber sido así:
era tan solo un hombre
que extendía la mano,
abierta, con sus cinco dedos
Llegaban miles de niños
Tomaban su mano, su brazo, y por él, su cuerpo entero

O tal vez sería de este modo:
He visto a un joven moribundo
y he sembrado en su vida
la presencia de un Dios
que tiene todavía la última palabra.
He visto niños sin escuela
en el horror de un pueblo destrozado por la guerra
y he buscado maestros que desde Dios enseñen
a caminar en firme.
Los huérfanos y ancianos están bajo mi techo,
cobijo y pan, y el cariño primero
es todo cuanto tengo para ellos.

Soñar y construir…
Como San Marcelino nos enseñó

Hoy somos constructores de sueños / constructoras
Un bloque y luego otro, y otro…
Para armar un corazón, y luego otro, y otro…
Muchos corazones nuevos…

Y así un mundo…
sin exclusiones, fraterno,
en paz y sin miseria,
un mundo de cuidado y respeto…
según el sueño originario
de diosito creador.
¡Sigamos construyendo!