Carta de Champagnat

Carta de Champagnat

miércoles, 3 de febrero de 2021

¡COMPAÑERO DEL ALMA, COMPAÑERO!


Llorar dentro de un pozo,

en la misma raíz desconsolada

del agua, del sollozo,

del corazón quisiera:

donde nadie me viera

la voz ni la mirada,

ni restos de mis lágrimas me viera.

MH – Vientos del pueblo


Hoy, primero de febrero de 2021, amanecemos con una noticia que nunca hubiéramos querido escuchar. El aviso de anoche, que había sufrido una crisis respiratoria y que habían tenido que asistir la respiración de Javi con máquina, nos dejó con esa mala sensación de que lo peor podía ocurrir.

A las 4.30 de la madrugada falleció Javi, nos escribió Ángel, su hermano de comunidad, escuetamente, con la brevedad del dolor inefable.

Las emociones se agolpan. Pensamos en tanta gente que nos une a él, y en todo lo vivido a su lado. En los difíciles momentos pasados juntos, y en las alegrías compartidas. En su fe probaba, en sus riesgos asumidos, en su entrega personal, en su alegría….

Evocamos a su familia de España, con la que ha estado tan unido, y con la que juntos han pasado por difíciles momentos, como el accidente del propio Javi, en el 95, cuya larga recuperación fue acompañada muy de cerca por su madre, que vino hasta Venezuela con ese fin; o la situación de accidentes y enfermedad de su padre Ladislao, dolores largos que en este caso pudo acompañar Javi, viajando a España.

Varios hermanos pudimos compartir con sus padres, desde la primera vez que vinieron a conocer estas tierras por donde andaba el hijo. Varias veces más nos encontramos, incluso en nuestros respectivos pueblos, con ocasión de alguna visita de familia. Las comidas festivas compartidas, como se acostumbra en la tradición española, nos unieron un poco más.

La memoria de Javi perdurará entre nosotros. Es memoria de vida.

Mi primer recuerdo que acojo es el de un campamento-misión con una “carabela de Remar” (grupo de jóvenes) en Paraguaná. Es el recuerdo del Javi joven, entregado a los jóvenes, malentendido y cuestionado. ¡Cuántas veces hubo de confrontar maneras de ver la vida y la misión marista y cuántas veces hubo de  sentirse vulnerable! No por eso cambio su carácter jovial y afable.

El Caracazo de 1989 lo sorprendió como estudiante de filosofía, en Caracas. Su acercamiento a los sucesos de entonces y la dura experiencia de acompañamiento, desde la vida religiosa solidaria y organizada, a los familiares de la fosa común de La Peste, lo hizo más sensible al sufrimiento de los pobres. Su presencia misionera en Petare, aprendiendo la vida de las comunidades eclesiales de finales del 80, durante el Escolasticado, dejó honda huella en él.

De estos tiempos de juventud recuerdo su inquietud por ver consolidarse una Revista marista de Venezuela. Como presentación para la recopilación de un trienio de camino, escribió:

Muchas han sido las fatigas y los inconvenientes que se han tenido que sufrir y superar para que tengan en su mano esta pequeña historia de tres años (1992-1995) de nuestra Provincia. No está todo lo que ha sido el acontecer de nuestra vida -ni mucho menos-, pero puede ser valioso el tener este documento para recordar, reflexionar y ver el futuro con nuevos ojos. El pasado es bueno recordarlo, no para regocijarnos en él, si ha sido exitoso, o para hundirnos en él, si ha sido frustrante, sino para aprender, tanto de lo bueno como de lo malo, y reorientar nuestro actuar, afinando y autentificando, cada día, nuestra respuesta a Dios y a los hombres.

Todos "esperan" mucho de nosotros, pero... ¿cuánto esperamos de Dios y de nosotros mismos? Y es que la ESPERANZA es lo que marca el hoy y vislumbra el futuro en el horizonte. Hermanos, pues, sigamos la obra de Dios con esperanza y alegría, el tiempo dará su razón.

Siempre por delante, su mirada creyente y esperanzada….

Destaco un texto sencillo que escribió para esta revista, después de realizar el Curso Interprovincial  de Renovación marista, en agosto de 1993 - México, D.F.-, sobre catequesis escolar. Lo escojo porque refleja muy bien lo que él siempre fue: hombre apasionado, entregado, alegre y auténtico. Así nos propuso la vida a los demás: ni más ni menos que como él intento vivir.

La experiencia del C.I.R. fue una gran oportunidad de compartir con Hermanos de otras Provincias las acciones que, en cada una de ellas, se llevan a cabo para desarrollar con mayor eficacia nuestra misión de educadores en la fe. Es un gran horizonte el que se nos abre, pero sabremos caminar con paso firme en esta ardua -pero apasionante- tarea de "hacer conocer y amar a Jesús y a nuestra Buena Madre María", porque "para Dios nada es imposible" y, si estamos con Él, nada hemos de temer…

Sólo decirles que tenemos una gran responsabilidad en nuestras manos y que la vida marista en Venezuela crecerá en la medida en que crezca nuestra entrega, alegría y autenticidad. Es posible ser Hermano Marista en Venezuela si nosotros así lo creemos y vivimos. Abandonémonos en las manos de nuestra Buena Madre que Ella hará todo lo demás. Su hermano en Jesús, María y Champagnat. Hno. Fco. Javier Pérez París

Es verdad que a lo largo de la vida nos vamos transformado, en medio de circunstancias y procesos personales, pero leo estas palabras de Javi, y descubro algo de lo que él no cambio: lo que lo hizo el Javi que siempre conocimos y con el que compartimos a lo largo de estos treinta y tres años en Venezuela. Su vida ha sido paso de Dios: pasión, entrega, alegría y autenticidad.

Igual entusiasmo que con la revista referida, mostró para el impuso inicial del grupo infantil Amigos en Marcha; o en el impulso a la comunidad de Tucupita, cuando allí fue destinado.

Años especiales compartidos con Javi fueron aquellos de Machiques 1992-1996. Su ilusión y entrega a los excluidos lo llevaron a acercarse a los indígenas yuckpas de la Sierra de Perijá, con los estudiantes de quinto año del colegio, y con los jóvenes de Remar. Fueron años de intensa misión, y de cercanía vital con los jóvenes, descubriéndose un buen acompañante de jóvenes e impulsor de la pastoral vocacional, en cuyo trabajo de primera línea lo sorprendió el accidente en el que casi deja la vida, y del que salió fortalecido para nuevas luchas. Entonces  pudo acompañarlo el hermano Patxi, fraternalmente,  durante su primer mes de recuperación en el hospital Barquisimeto, con la asistencia de los Hermanos de Lasalle, que tenían presencia educativa en esta ciudad.


La experiencia de comunidad de hermanos y laicos vivida en Tucupita, fue otro hito importante en la vida de Javi, que le permitió impulsar los sueños de vida marista entre los jóvenes. Estos primeros años de comunidad marista, en mi percepción personal, fueron vividos por Javi con gran pasión, como si verdaderamente un fuego interno lo moviera. Si me dijeran que evocara a alguien cercano que se dejó mover por el Espíritu, el de Jesús, yo pensaría fácilmente en Javi.

La pastoral vocacional fue un eje en torno al que giraron sus años posteriores de vida marista. En Santa Catalina, Tucupita, Maracaibo o Machiques, la entrega a los jóvenes y su cercanía a ellos le permitieron generar en torno a él, grupos de jóvenes inquietos por la vida marista.

He pensado en él como un buen sembrador, un pastor, un capitán de barco…. En este soneto me atrevo a caracterizarlo:

Sembrador de viveros y esperanzas

¿quién cuidará la planta amanecida

con tu ánimo jovial, pleno de vida?

¿quién podrá librarla de acechanzas?


 ¿Quién romperá a su favor las lanzas?

Pobre plantita tierna, entristecida,

Sin agua al pie, marchita, decaída,

¿podrá aguantar trasplantes y mudanzas?


Nos dejas cual pastor con su cayado,

rendido bajo aquel viejo samán.

Va quedando el rebaño dispersado.


¡Míranos! Olas vienen, olas van.

Tronando por verte despertado,

clamo: ¡Oh, capitán! ¡Mi Capitán!

Javi fue un buen acompañante. Necesitamos muchos como él, y más cuando la vida se pone difícil.

Su gusto y dones para la informática y las nuevas tecnologías de comunicación e información lo convirtieron en un apoyo seguro para muchos hermanos y estudiantes maristas, ante las dificultades en el uso y las problemáticas que se presentaban con estas herramientas. Su carácter abierto y disponible, lo hacían siempre dispuesto para esas tareas, en medio de sus diversas ocupaciones. En fecha no tan lejana nos acompañó algunos días en el Cristo, instalando programas, formateando máquinas dañadas…,  y compartiendo la vida. Su abrazo de despedida, abarcante, cálido, era el signo de la fraternidad vivida.

Llegó el tiempo de ofrecer parte de sus energías y liderazgo a la vida de la Provincia Marista Norandina, y allí estuvo como director de la Escuela Granja Santa Catalina (Delta Amacuro), como Consejero provincial, o animando procesos de comunidades, de formación, de espiritualidad o de pastoral juvenil y vocacional.

Javi llevaba su familia consigo. Con la emotividad a flor de piel, llevó siempre a sus padres, Ladis y Teresa, y sus hermanas y hermano, entre su pensamiento, entre sus preocupaciones a veces, pero siempre en su corazón.


Un momento crítico en su vida fue el tiempo de enfermedad de su padre Ladislao. Pidió poder acompañarlo y acompañar a su familia, en especial a su madre, Teresa, y allí pasó el tiempo necesario hasta la partida de su padre.

Durante el tiempo de estadía en Madrid, da cuenta de su talante reflexivo y creyente este texto que me compartió, escrito que hizo comentando un libro de José María Mardones, en el que señala algunos retos y propuestas para el hombre actual, a partir de la fe:

Como cristianos se nos plantean los siguientes retos para poder abordar la crisis y proponer un proyecto sanador y unificador:

•          Cambiar de actitud y dialogar críticamente con la modernidad.

•          Tareas de resistencia que, sin caer en espiritualismos ni en aceptación acrítica de la solución neoconservadora de volver a los valores tradicionales, lleven a una toma de postura seria y crítica y a discernir lo que el Espíritu alienta en la realidad.

•          Un cristianismo animador y motivador que impulse la solidaridad hacia el hombre, especialmente el hombre en necesidad. Se trata, pues, de una visión crítica de la realidad que nos empuje en la dirección de la liberación del hombre más necesitado de ella y de un impulso creativo en orden a crear las condiciones que favorezcan la justicia, la libertad y la solidaridad.

            Esta propuesta de proyecto conlleva un proceso largo y múltiple que consiste en:

•          Una actitud crítica frente al funcionalismo que invade todos los ámbitos de la vida, que mercantiliza las relaciones y que ofrece el consumismo como elemento de realización. Necesitamos, pues, individuos y comunidades donde florezca la vida sencilla, con pocas cosas y escaso interés por tener más.

•          Una conciencia de mutua implicación en la historia humana de la que todos somos responsables (impulsar la participación responsable).

•          Una gran conciencia moral generalizada (garantizar una serie de mínimos para todos).

•          Educar al hombre moderno para ver y mirar al prójimo como hermano.

A este compartir de lecturas y reflexiones, agrego otra faceta del Javi que se me hará siempre presente: es la del Javi conversador, filósofo, teólogo pastoralista, psicólogo (además de su carrera  de educación-filosofía, y el Bienio de Licenciatura en Ciencias Religiosas y Catequéticas, en el Instituto Superior San Pío X, hizo estudios on line de psicología, mientras estaba destinado en Maracaibo)… En torno a la comida cotidiana compartida, en algún atardecer tranquilo, o al amparo de un licor dulce -él- o seco–nosotros-, cuando el caso se prestaba, fluían las palabras y los buenos debates, siempre con respeto, a veces con la emoción de arrojar el mejor e “invencible” argumento, frente a otros buenos argumentadores, que siempre los había… Los temas eran de lo más variados, generalmente centrados en el sentido de la vida, los procesos de humanización, las coyunturas sociopolíticas, los valores o el futuro marista, a partir de los más disímiles textos o experiencias,  a los que estaba abierto y se acercaba empático. Recuerdo, a su llegada de sus estudios en Madrid cuando valoraba entusiasmado su acercamiento bíblico desde la perspectiva de la mujer -agradecido al encuentro personal con algunas mujeres biblistas. O el debate no tan remoto sobre la película Los Croods, de la que promovió su visionado en un encuentro marista, para conversar después sobre los modelos de familia presentes en ese relato, “más allá del bien y del mal” –esto lo digo yo.

Otros eran los momentos de sacar a cuento las situaciones personales: con esa gran capacidad tanto para el compartir sencillo de sus malos momentos, como para animar a los demás resaltando con empatía su valía personal y sus capacidades: realmente magnífico, tú sí sabes, qué bueno tu texto, maravillosa esa música… que, si bien, al ajeno podrían parecerle expresiones hiperbólicas –y algunas de ellas lo eran-, eran fundamentalmente palabras de reconocimiento y respeto verdadero por el otro. Así construyó Javi sus amistades. Así se hizo hermano y amigo.

Y así lo quiero recordar, hortelano yo también como este poeta Miguel, que escribió en su elegía a Ramón Sijé:

A las aladas almas de las rosas

del almendro de nata te requiero,

que tenemos que hablar de muchas cosas,

compañero del alma, compañero.

10 comentarios:

  1. Hola buenas, soy Javier, sobrino de Javi.
    Que texto tan bonito... Nunca imaginé, ni pensé el alcance de lo que realizaba mi tio en su querida Venezuela, y al darme cuenta de ello, cada vez tengo más claro que fui un afortunado...
    Muchas gracias por estas palabras, y por querer y cuidar a mi tio en todos los momentos vividos.
    Muchas gracias por estas reflexiones.
    Con cariño y aprecio,
    Javier

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    1. Así recordamos a tío. Era tremenda persona. Los escritos se quedan cortos. Un gran abrazo.

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  2. Hermoso y profundo, Tomás.
    Que nuestra buena Madre lo tenga entre sus amorosos brazos.
    Antonio

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  3. Ni por 100 años que viva, podré dejar la huella que el dejo. Orgullosa de haber tenido un primo tan querido, tan comprometido, tan amigo de sus amigos, tan familiar... Como alguna vez decía.. Nos separa un océano, nos une la misma Luna. Descansa en paz, angelito. Siempre en mi memoria. 💝

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  4. Gracias Tomás por compartir tu experiencia con Javi a tu mejor estilo, recoges tanto es maravilloso, necesario para estos días de incertidumbre y de duelo profundo

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    1. Un abrazo Kharis. Sabes que por aquí te queremos. Muchos de esos recuerdos de Javi son compartidos. Tú lo tuviste muy cerca... Y aún lo tenemos. Que su mirada de vida ilumine tus días.

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  5. Gracias Tomás por compartir tu experiencia de Javi a tu mejor estilo, recoges tanto que llegan tus palabras de forma necesaria en estos días de incierto y duelo profundo

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  6. ¡Qué regalo de Dios tener hermanos como Javier! ¡Y también como el Tomás que nos ofrece este maravilloso escrito! Como Javi nos quiso Champagnat.

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  7. Saludos fraternales Tomás..! Por fin pude abrir la nota que hoy compartes y no puedo más que recordar aquella frase de Benedetti:
    "La muerte es una tediosa experiencia; para los demás, en especial para los demás..".
    Son momentos particularmente devastadores.Cualquier duelo requiere de un minucioso proceso de reconstrucción, abrumador y doloroso. Aunque cada pérdida que nos vemos obligados a afrontar a lo largo de nuestras vidas es única y excepcional. Eso se refleja en el hermoso texto que le has dedicado... Un abrazo!

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    1. Te perdiste de conocerlo, amigo Hermes. Varias veces estuvo en Los Teques. Has sido para nosotros tremenda persona. Un abrazo, y gracias por tus palabras.

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