Carta de Champagnat

Carta de Champagnat

sábado, 28 de marzo de 2015

Cartas desde la pasión misionera (octubre a diciembre de 1939)


Prosiguiendo con la estrategia de comentar las cartas de Marcelino por bloques temporales que hagan referencia a periodos de su vida relativamente fáciles de delimitar, para este comentario me referiré a las Cartas de Marcelino escritas desde el 6-10 al 4-12 de 1939, entre el retiro con los Hermanos y la inauguración del Noviciado de Vauban. De este período de apenas dos meses se conservan 33 cartas, editadas con la numeración desde la 275 a la 307. El ritmo epistolar es intenso, como también lo son las últimas actividades desarrolladas por Champagnat de visitas y viajes. Son dos meses a los que Juan Bautista Furet dedica cierto detalle en 4 páginas de su Vida[1]. Después de esto Marcelino cambiará totalmente su ritmo vital, recluyéndose en el Hermitage, enfermo en extremo.

Las situaciones vividas

Los acontecimientos y situaciones principales por las que pasó Marcelino fueron las que siguen:
1)      Comienza con el retiro en el Hermitage.
Deja constancia del mismo en su carta a Mazalier el 6-10: “Estamos en pleno retiro. Es muy numeroso. Encomiéndelo a sus oraciones y a las de sus Hermanos” (C 276). El 12, día de clausura del retiro, en presencia del Padre Colin, se escoge al H. Francisco como Director General del Instituto, y a los Hermanos Luis María y Juan Bautista como Asistentes.
2)      Al concluir el retiro crecen las preocupaciones.
Aunque el H. Francisco es Director General no hay mayor variación en sus responsabilidades. En primer lugar se trata de los destinos de los Hermanos, de su “marcha” tras el retiro y del inicio de clases. Que esto supone una preocupación lo hace ver la carta al P. Touzet: “Las preocupaciones de los destinos y la marcha de los hermanos no me han permitido…” (C 285, del 22-10). A esto se une su situación delicada de salud. De hecho, deja el viaje planificado al Puy por sentirse con “una indisposición bastante grave unida a la multitud de preocupaciones que me procuran los destinos…” (C 281).

3)      Retiro en La Cote-Saint-André
Sin embargo, a pesar de esta indisposición, aunque dejando pasar el mes de octubre, Marcelino desarrollará una intensa actividad. Un testimonio personal de sorpresa frente a esta actividad lo tenemos en las Memorias[2] del H.  Silvestre, para ese entonces en La Cote.
El Venerado Padre, al verse en parte descargado, por la elección del H. Francisco, del servicio administrativo de la Congregación, debía, naturalmente, dado su estado de salud, tomar algún descanso; pero no fue así. Después de las vacaciones de 1839 y al comienzo de las clases, quedé estupefacto al verlo llegar a nuestra casa de la Cote-Saint-André con otro padre. ¿Y qué venía a hacer aquí?, pues a dar, a pesar de sus extrema debilidad, un retiro a los alumnos de nuestro internado cuyo número rondaba los ochenta.
Según testimonio de los anales de La Cote, este viaje lo realizó Marcelino a pie[3]. Del mal aspecto que tenía sigue dando cuenta el H. Silvestre: “Estaba tan extenuado y sufría tanto que daba pena verlo”, y relata acto seguido un acceso de vómito que tuvo al tomar unas ciruelas pasas.
4)      Viaje a Autun, Neuville y Lyon, entre el 13 de octubre y el 21 de noviembre.
Primero se dirige a Autun, para entrevistarse con el obispo, en referencia al asunto ya planificado de la nueva fundación del noviciado de Vauban, y recogido en la carta previa de 13-10 (C 278)[4].
Es mejor ponerse de acuerdo sobre las condiciones esenciales para que en nuestra entrevista sólo queden por solucionar los detalles.
Y concluye esta carta: “En cuanto haya recibido su carta me dirigiré a Autun para el acuerdo definitivo”.
Todavía realizará un viaje a Neuville para tratar sobre la futura fundación en alguno de los caseríos cercanos (Albigny, Villebert o Cury).  A su regreso se detiene en Lyon, para hablar con el Vicario Cattet. A esto dedica dos cartas del 21-11 (C 301 y C 302) en las que comenta algunas conclusiones de su viaje.
5)      Nuevo viaje a Autun - Vauban
La última fundación todavía le exigirá un viaje más a Autun, específicamente al castillo de Vauban, visita que detalla el H. Juan Bautista Furet[5] y que sitúa a principios del mes de diciembre, con la instalación del noviciado el día 8.



[1] Furet Juan Bautista, Vida de Champagnat, Edición Bicentenario, Zaragoza 1990, 228-231.
[2] H. Silvestre, Memorias. Crónicas Marista IV, Edelvives, Zaragoza 1990, 77.
[3] Nota 1, en Furet Juan Bautista, Vida de Champagnat, Edición Bicentenario, Zaragoza 1990, 228.
[4] El asunto viene tratádose en las cartas 236 y 240 del mes de enero.
[5] Furet Juan Bautista, Vida de Champagnat, Edición Bicentenario, Zaragoza 1990, 229-230.

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