Carta de Champagnat

Carta de Champagnat

lunes, 23 de febrero de 2015

Padre de Hermanos (diciembre de 1838 a abril de 1839)


Han pasado casi 8 meses desde su regreso de París.  Las cartas de Marcelino escritas a partir del 5 de diciembre de 1938, y hasta el 27 de abril de 1839, mantienen una cierta unidad que hace posible comentarlas como un conjunto, con la clave ya señalada de la espiritualidad de Marcelino en ellas, a partir de su momento vital.
Me refiero al conjunto de cartas 233-250. Son 18 cartas de las cuales cinco tienen como destinatarios a párrocos o alcaldes y se refieren a la fundación de escuelas. Una se refiere a la formación de dos Hermanos en un Instituto para sordomudos. Cuatro están dirigidas a Obispos. Siete tienen como destinatarios a Hermanos, en particular, y una es dirigida como Circular a todos los Hermanos.
La introducción a las Cartas del H. Paul Sester resalta la crisis económica y política del momento. Las cartas pasivas permiten descubrir otros elementos importantes que pudieron afectar el camino espiritual de Marcelino en este periodo.
Hay cuatro que deseo mencionar:
La carta del H. Elías Regis, enviada desde Valparaíso, Chile, con fecha 1839-01-12. “El H.Elie-Régis, en viaje para las misiones, escribió esa carta cuando hizo  escala en Valparaíso, un mes después de haber llegado allí. Viajaba en compañía del P.Petit y del P.Epalle, del H.Marie-Agustin y del H.Florentin”. La carta le llegaría meses más tarde a Marcelino, pero señala la situación de 3 Hermanos misioneros en camino.
La carta de la Comunidad de Valbenoite, con fecha de 1839-01-12. Es una curiosa carta de la Comunidad de Hermanos que expresa a Marcelino su malestar con el Superior.
Y dos cartas sobre el mismo asunto. La del P. Juan Claudio Colin, Superior General de la Sociedad de María, escrita desde Belley, Ain, con fecha 1839-02-22, la estimo como una carta central para ayudar a descubrir el momento de Marcelino. Colin, de modo sorpresivo, le manda con su autoridad de Superior enviar Hermanos para ayudar a los Padres. Le regaña, y le aplica un penitencia por no obedecer. Le escribe:
Un Hermano al servicio de los sacerdotes de la Sociedad realiza un bien veinte veces mayor, en mi opinión, que si estuviera ocupado en una Comuna en donde, gracias a Dios, los medios para instruir a la juventud no faltan hoy. Pero Usted nunca ha acabado de entender este orden y este objetivo de la Sociedad. De cualquier manera, recibida mi carta, pasará Ud. tres días en régimen de retiro para humillarse ante Dios de haberse conformado tan mal a su divina voluntad, en algunos aspectos, y después, elegirá al Hermano o al novicio que juzgue ante Dios más indicado para realizar solo el viaje de Lyon a Burdeos…
Se añade la del Pbro. Juan Bautista Justio Chanut, S.M., escrita desde Verdalais, Gironde, el 1839-03-06. Con tono menos destemplado le pide tres Hermanos para Verdelais y le explica las tareas que cumplirían.
Apenas un mes después de recibir esta última, en carta al H. María Lorenzo del 8 de abril, Marcelino se hará eco de la situación, preparándose para enviar algunos Hermanos. Mencionará además con interés las misiones de Oceanía.
Estamos también rezando para recomendar las misiones de Oceanía, por los miembros de la Sociedad que allí están y por los que se disponen a ir. Estamos en vísperas de enviar Hermanos a Burdeos (C 249).
Los asuntos están, pues, centrados en la vida de los Hermanos y su misión. En particular, en su envío a misiones en Oceanía y su “resistencia” (¿!) a enviarlos al servicio de los Padres; en la vivencia de la fraternidad hacia el interior de las comunidad y el sentir de los hermanos. Estas serán sus preocupaciones más notables tal como se verá en las cartas activas.

Una carta al Sr Rendu

En ella (C 235, de diciembre) le solicita su apoyo para al admisión gratuita de dos Hermanos en el Instituto de sordomudos de París. Desde el 14 de marzo de 1938, ya menciona Marcelino su preocupación por formar Hermanos para la educación de sordomudos. Entonces mencionaba al H. Jubin. Ahora solicita de nuevo la admisión de dos Hermanos. Luego, en la carta 334 agradecerá a este mismo Sr. Rendu por haber favorecido la admisión de dos Hermanos en este Instituto.

Siete cartas sobre escuelas municipales

En este periodo parece ser que el asunto de nuevas fundaciones escolares pasa a un segundo plano (las escuelas marchan normal: “nada nuevo”, “todo sigue su marcha”, “todos los establecimientos continuan”, son las expresiones en las cartas a los Hermanos), para cobrar más relieve la realidad personal de los Hermanos, la relación fraterna en las comunidades y el sentido de la vocación de Hermano.
Hay tres cartas de los párrocos o sus vicarios solicitando Hermanos,  a los cuales Marcelino responde que no hay suficiente número de Hermanos para atender sus demandas. Pertenecen a tres deparatamentos: Isere, Allier y Loire.
A los Pbros. Benito Regis Héctor (vicario de Saint-Lattier, Isère; 1839-01-09; C 237), Santiago Federico Limport (párroco de Cosne-sur-l'oeil, Allier; 1839-02-17; C 243), y Juan Breuil (párroco de Boen-sur-lignon, Loire; 1839-04-27; C 250) escribe:
…inserta en nuestro registro con el número 10. En cuanto llegue su turno, nos apresuraremos a darle satisfacción… (C 237). Nos sería imposible actualmente proporcionarle Hermanos (C 243). Los establecimientos que ya tenemos prometidos no nos permiten darle Hermanos el año próximo, pero haremos cuanto podamos para proporcionárselos lo antes posible (250).  
Al  Pbro. Leonardo Gazel (parroco de Chambon-Feugerolles, Loire; 1839-02-26; C 245) le ofrece una respuesta más esperanzada. En ella se dejan entrever los criterios ya establecidos para la apertura de escuelas: se da prioridad para incluir a los municipios en las lista de fundaciones a aquellos que disponen de una dotación básica. Así se expresa en la carta a Gazel, al que se le hace una promesa más a corto plazo:
Su petición está inscrita con el número 3 de nuestro registro de establecimientos dotados, que hacemos siempre de preferencia. Su turno llegará, espero, este año por Todos los Santos.
“Sin embargo, a pesar de las promesas de fundación, el P.Champagnat no pudo establecer una escuela en Chambon. Será su sucesor, el H. Francisco, quien lo hará en 1852”.
Una situación diferente será la de una escuela en marcha. Al alcalde de St-Martin le exige el pago preciso para poder seguir en su escuela. El criterio se va definiendo: para abrir y manterner escuelas municipales se debe contar con el acuerdo y algún apoyo económico de los municipios. De diversas maneras se exige, en último término, tanto a párrocos como a alcaldes, una vivienda adecuada para los hermanos, y un salario básico. Al alcalde José Antonio Bethenod (Saint-Martin-la-Plaine, Loire; 1839-03-07; C 246) le pide un compromiso firme de pago a los hermanos: “asegurar a nuestros hermanos sus honorarios”.
Yo creo que el Sr. Cura le habrá informado ya de la situación en que se encuentran nuestros Hermanos en St.-Martin-la-Plaine. La paga mensual alcanza apenas a los dos tercios de su sueldo. En dos años ha habido 600 francos de déficit, más 400 francos de gastos de fundación que no han sido pagados, lo que suma 1,000 francos. El Sr. Cura nos ha declarado que le era imposible pagar esa cantidad y de asegurar a nuestros Hermanos sus honorarios. Por lo tanto me he tomado la libertad de dirigirle la presente para saber si podemos esperar alguna mejora. Pues nos es imposible continuar en la escuela de su municipio si, a su juicio, no halla usted algún modo de asegurar la paga de nuestros Hermanos.
De la correspondencia con las diócesis en estos meses en estudio se conservan 4 cartas, dos de las cuales se refieren a esta misma situación de fundación de escuelas.
A dos obispos que interceden por la fundación de escuelas en parroquias de sus diócesis les responde haciéndoles esperar… o exigiendo uncompromiso mayor. Les escribe con más detalle que a los presbíteros, explicando su respuesta.
“El P. Champagnat había respondido al Párroco de Nantua, Pbro. Debelay, con la carta clasificada hoy con el número 189. No satisfecho de esa respuesta, el párroco acudió a su obispo, Mons. Devie, para pedir su apoyo”.
Y Marcelino responde a Mons. Alejandro Raimundo Devie (obispo de Belley, Ain; 1839-01-20; C 239) señalando las condiciones que se pide para las fundaciones: Apoyo de las autoridades municipales, o creación de una escuela gratuita por el párroco.
El establecimiento de Nantua que Su Excelencia ha tenido a bien recomendarnos presenta dificultades que nos sería actualmente imposible vencer a no ser que el Sr. Cura fundase una escuela gratuita... La autoridad civil no se pronuncia a favor de un establecimiento de Hermanos… Si el Sr. Cura de Nantua puede realizar nuestra solicitud, enviaremos con sumo grado a nuestros Hermanos...
A Mons. José Bernet (arzobispo D'aix-en-Provence, Bouches du Rhône; 1839-01-23, C 241) le escribe:
…he prometido para el año próximo Hermanos a varios ayuntamientos que los habían solicitado hace tiempo y que han efectuado grandes gastos para recibirlos. Mi palabra está dada y es preciso que sea fiel a ella, sobre todo que las peticiones están apoyadas por la autoridad episcopal. Así es que permita que me arroje a los pies de Su Excelencia para suplicarle humildemente que tenga a bien armarse de paciencia por un corto tiempo más. Me apresuro a inscribir su petición, muy resuelto a cumplirla lo antes posible…
El momento no es de nuevas fundaciones. Hay pocos Hermanos. Se han enviado 3 a misiones. Los Padres maristas también solicitan Hermanos. Muchos municipios también lo hacen. Las respuestas a los que solicitan es la espera. Y los que no cumplen con las condiciones, el aviso de posible cierre.

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