3) Asuntos de gobierno. Varios asuntos de los que ha
dejado al cargo al H. Francisco están sin solucionar y le preocupa la dirección
que vayan tomando. Algunos de estos asuntos no son tan graves, pero es
importante tomar conciencia de todos ellos, pues iban sumando cargas a
Marcelino en sus días parisinos:
a) Envíos y recibos de Prospectos, Regla y
Breviario:
He recibido… los Prospectos que nos ha enviado… pídale
(al alcalde de Lavalla) que nos traiga uno o dos ejemplares de la Regla y del
Principio… (4-02) …pídale (al Sr. Ginot) que me traiga un breviario pars
verna, el que he terminado, con un ejemplar de la Regla (24-02) …he
recibido los tres ejemplares de la Regla… (7-03). Por el mismo medio que
me envió la Regla, envíeme un breviario pars verna (12-03). He recibido
todo lo que entregó al Sr. Ginot para mí (22-03).
b) Compras de litografía, copón, libros
para escuelas, vino, estampas… Unas las realiza en París y otras encarga las
hagan desde el Hermitage, o consulta sobre su conveniencia:
Les he pedido (a los Hermanos de las Escuelas
Cristianas) que nos proporcionen sus libros de clase al mismo precio que
se los dan a sus escuelas… Estudien estos precios, para ver si convienen…
(4-02). Le pregunté si el precio de los Hermanos era o no conveniente: quería
saber qué piensa usted de esto… Tal vez compre una litografía. Ya he
comprado un copón muy hermoso. Es parte de lo que habíamos prometido a la
Santísima Virgen… (24-02). He comprado una litografía con la que trabaja el H.
Jubin. Cuesta 400… he comprado estampas, puntos buenos, etc… he comprado un
copón muy bonito… el Sr. Vieno cuenta con que le compremos un centenar de
barriles de su vino. Que el H. Stanislas vaya a Lyon y comprometa al Sr.
Vieno a llevárnoslo a Perrache. Es preciso, como verá, no perder esto de
vista (7-03).
c) Asuntos laborales y trabajos
pendientes. Se mencionan un albañil, un carpintero, un granjero, entre otros.
Llama la atención el caso del granjero que supuso un dolor de cabeza para el H.
Francisco, a juzgar por los detalles de su caso en estas cartas.
¿El granjero se decide a marchar, pura y
sencillamente? …¿Poncet ha cortado mucha roca? (04-02). El granjero debe
marcharse: con gusto le podría alquilar un trozo de prado y de tierra, si
ofrece un precio razonable, pero su salida debe ser incondicional… No hay
que llamar a más obreros para la roca (24-02). Usted conoce las normas del
código. Yo no me aclaro mucho con las leyes. Si el granjero se queda todavía un
año, se quedara luego dos, a pesar nuestro. Si el Sr. Finas no
quiere actuar, hay que recordarle lo que me prometió… (7-03). Sobre el
granjero… si no tiene derecho a vender el heno, menos aún podrá vender el
estiércol. Por lo demás vaya a ver el juez de paz, si el Sr. Fina o algún otro
no quiere intervenir… Diga al H. Stanislas que mande hacer a Phillipe asientos
para el dormitorio y alguna mesa pequeña para las habitaciones…a Lachal hay que
darle lo que le da su dueño, por lo menos… (22-03)
d) Situaciones de hermanos y escuelas, entre
ellas: los asuntos de exención militar y autorizaciones de enseñanza, la
escuela de Semur con párroco nuevo y las futuras aperturas de escuelas, algunos
cambios de Hermanos y actividades particulares, un hermano muy enfermo,
acompañamiento pastoral de los HH. Antonio e Hilarion, y las comunidades
cercanas, etc.
Sobre el H. Adjunteur… Haga cuanto pueda para ayudarle
a tener una santa muerte: dígale que no lo olvido (4-02).
Ya que el viaje del H. Cassien ha tenido un buen
resultado en Millery, envíelo a pasar unos ocho días a Valbenoite y a Neuville.
Exprésele mi gran satisfacción… (4-02) Apruebo sin reserva los viajes del H.
Cassien (24-2).
No me dice si el H. Pie ha sido cambiado… (4-02). De
ninguna de las maneras puede cambiar al H. Alipius; si por el momento no le
puede enviar otro, que el H. Gonzague tenga paciencia. No recuerdo quien es el
que usted le envío. Haga lo que pueda, pero sin sacar al H. Alipius de Charlieu
(7-3). Voy a enviar al H. Jubin a la escuela mutua de sordomudos. Cuando pueda,
pienso ir yo también (12-03). El H. Marie-Jubin va a aprender a llevar
sordomudos y continuará aprendiendo a litografiar (14-03).
Envíeme el compromiso decenal del H. Martin y de los
demás… (4-02). El rector de la Universidad no ha querido poner el visado sin el
compromiso… (24-02). Sobre el asunto del H. Theodore… ya había hecho alguna
gestión, pero totalmente infructuosa… él mismo podría hacerse declarar inútil
en su regimiento… (24-02). Aún no sé nada sobre los compromisos. Se los he
remitido al Sr. Baude (14-03).
No podemos dejar al H. Cyprien sin hacerlo autorizar.
Creo que habría que hacerlo en Tarentaise y sin tardar, o incluso en Lavalla,
si eso fuera imposible… Creo que la autorización del H. Cyprien tendrá menos
dificultades en Tarentaise. Tendremos así más libertad para disponer de él… No
es necesario que el vaya para eso, con tal de que tenga usted su diploma
(15-03).
Nos insisten muchísimo para abrir una escuela en St.
Paul… Estoy casi decidido a ir… (4-02). Promesas para nuevas escuelas, ya hemos
hecho demasiadas; obtengamos de una vez la autorización, luego veremos lo que
podemos prometer (7-03). Nunca se habló de un tercer Hermano… comprenderá
usted, señor y dignísimo Pastor, que nos sería absolutamente imposible rebajar
nada (14-03). He recibido una carta del H. Cyprien y del Sr. Párroco. Le envío
adjunta la copia… Que el H. Jean Baptiste, si puede prescindir de él una
semana, vaya y vea, de paso, las escuelas de Perreux y Charlieu… Con referencia
a Semur, desde el momento en que ponen dificultades para cumplir las
condiciones, no podemos comprometer al H. Cyprien. Vea rápidamente cuales son
las medidas necesarias (15-03).
La mayor parte
de estos textos provienen de cartas dirigidas al H. Francisco, pero al tratarse
de la situación de comunidades y hermanos, hay que agregar la ya mencionada al
párroco de Semur y, de un modo muy particular las cartas sobresalientes a los
HH. Hylarion y Antonio, en las que se descubre un sentido muy agudo de
acompañamiento pastoral. No tienen un finalidad pragmática inmediata, sino la
de acompañar a estos hermanos y velar por las comunidades a las que pertenecen
y por las cercanas a ellos. Las dos cartas son una joya y bien ameritan
estudios diferenciados como los que ya se habrán hecho; tan sólo indico que
también estas comunidades y hermanos son parte de las preocupaciones que
Marcelino lleva en París.
No lo olvido ni a usted ni a los demás. Dígale al
Hermano Maurice cuánto lo aprecio, a él y a sus colaboradores… No olvide a los
Hermanos de St. Sauver… Trate de ver cuanto antes a los Hermanos de
Bourg-Argental… (18-03).
A Dios, mi querido amigo, a Dios mi querido Theodose,
Henri-Marie y el querido cocinero… Sírvase comunicarlos a los Hermanos de
Mornant y de St. Symphorien (24-03).
e) Informe diario de escuelas y
comunidades de lo transcurrido en su ausencia que solicita a los hermanos
encargados. En la última carta de este grupo (de fecha 12-04), poco antes de su
regreso, le señala con detalle al H. Francisco cómo espera recibir los informes
de hermanos y comunidades, las actividades diarias, y los informes económicos.
Para ello espera principalmente los informes de los responsables.
Llama la
atención la responsabilidad que Marcelino asigna al H. Francisco en quien
delega, entre otras cosas, algunos cambios de destino de Hermanos, a quien
consulta sobre asuntos económicos, y a quien reconoce su mejor conocimiento de
las leyes. En todo caso se nota que Marcelino se preocupa por dejar un gobierno
colegiado, en el que los H. Stanislas, Jean Baptiste y Jean Marie, comparten la
responsabilidad de gobierno, y además se les pide consultar con algunos Padres
si se presentaran situaciones difíciles de resolver. Estos tres hermanos son
mencionados con cierta frecuencia en las cartas al H. Francisco (25-01; 4-2;
24-2; 13-3; 12-4). El P. Matricon es nombrado como referencia principal del que
recibir consejo, pero también se mencionan los Padres Terraillon y Besson
(Cartas del 25-1; 4-2; 24-2; 7-3).
2) ¿Dificultades de salud? El tema de la salud aparece
con frecuencia en las cartas. Y aunque Marcelino dice que es buena, queda la
duda, sobre todo porque llega a pensar en su muerte en París, como se verá más
adelante.
Tengo muy buena salud (24-2). Sigo estando bien
(22-3). Mi salud va muy bien en París (24-3). Mi salud sigue siendo buena
(12-04).
Aunque, en
general, dice que se siente bien de salud, hace sin embargo mención del frío,
según ya se ha hecho ver, y de su estómago. Además, ya le empieza a fallar la
memoria. Y en un par de ocasiones le hace ver esto al H. Francisco.
Se me olvida algo que le quería decir (24-02). Me
olvido de muchas cosas (13-03). Apenas he tenido molestias de estómago (12-04).
El H. Jean
Baptiste Furet en cuatro párrafos describe la situación de la salud de
Marcelino para esta época: dolores de costado que le impiden hacer esfuerzos
físicos, gastritis y vómitos, más las secuelas de la enfermedad de 1825. Y
concluye:
Las fatigosas caminatas por París y los desengaños de
todo tipo que allí tuvo que soportar, terminaron por minar su organismo y
agotar las pocas fuerzas que le quedaban de modo que a su regreso no era
difícil adivinar que no llegaría muy lejos (p. 223, edición Bicentenario).
3) Dificultades familiares. Muere su último hermano. Ya
sólo queda él. También muere en estas fechas un hermano del H. Francisco.
Encomiende a las oraciones de la comunidad a mi
hermano. De diez que éramos ya soy el único que queda, creo que mi turno no
está lejos (24-02). Comparto intensamente el dolor que ha podido causarle la
muerte de su hermano (12-04).
Y además de
estas breves menciones, una carta completa la dirige a su cuñada para darle
consuelo. Comienza así:
Siento mucho no haber podido ir junto a mi pobre
hermano durante su enfermedad… (6-03).
4) Distanciamiento de la política parisina, a pesar de ser
tiempos de calma. Parece que con las visitas particulares a los Diputados ya
tiene bastante.
Por lo que se refiere a los asuntos políticos, los
ignoro como si estuviera a cien leguas. He ido una vez a la Cámara de
Diputados, no tengo ganas de volver (24-02).
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